Una separación significó un nuevo comienzo. Y hoy Johana Rodríguez, la intérprete de “Me vas a extrañar” y “No te creas tan importante”, se posiciona como solista con el tema “La mejor versión de mí”, que ya lleva más de un millón de reproducciones. Mamá de tres hijos, uno, lamentablemente fallecido, la peruana reflexiona sobre su carrera y su difícil historia de vida.
“El presente de mi carrera pensé que iba a ser un poco más difícil. Es verdad que el ambiente en la cumbia es muy complicado. Es machista y complicado, las dos cosas. Cuando comencé, obvio, no me registraba nadie. Y si bien hoy es lo contrario, me volví más sensible. Trabajar como solista hace que tengas que estar siempre firme, predispuesta a todo, y también tenés que saber decir que no. Mi papá y mi hijo fallecidos me están protegiendo. No voy a decir que haya días en que no me falte el abrazo de papá o de una persona que me ame de verdad y me dé empuje, pero después caigo en cuenta de que es mejor quedarme sola. Soy bipolar", dice.
"Pero siento que esta nueva etapa de mi carrera la arranqué con el pie derecho. Cuando dejé Viru Kumbieron cambió mucho mi vida, mi rutina, mi forma de trabajo, y mi representante me dice que tenemos más o menos trabajo que antes porque creen que recién estoy empezando, les digo que se vayan a la mierda… ¡No estoy recién empezando! Siento que pagué mi derecho de piso y nadie va a venir a ningunearme. No me van a pagar dos pesos porque ahora soy solista. Si saben que el éxito está hecho, que las canto yo a ‘No te creas tan importante’ y “Me vas a extrañar”, ¿como algunos pueden ofrecer una paga determinada? A veces me dan ataques de bronca, de ira, de llorar. Tengo un temperamento que te digo… igual, bajé muchísimos cambios. Cuando me fui de la banda dijeron que me había llevado todo y, en realidad, vivo en un departamento de mis compadres”, agrega.
–¿Con qué otras cosas te tocó lidiar o lo seguís haciendo?
–Todavía me tengo que enfrentar a la gente al pedo. No sé por qué hay tanta gente al pedo. Si no te gusta lo que hace otra persona, la tenés que respetar igual. No me cabe que no haya eso acá. Si no se está mostrando en bolas, haciendo obscenidades sino arte, por qué lo intentan malograr. Al ser feminista, no entiendo cómo las mujeres podemos jodernos entre mujeres.
–¿Alguna vez pensaste en tomar una decisión brusca en tu vida?
–Sí, por supuesto. Es muy complicado este ambiente. No voy al psicólogo ni al psiquiatra, creo en Dios y soy devota de la Virgen de Guadalupe. Cuando le comenté a un psicólogo que mi hijo iba a morir y le conté cómo soñé que iba a suceder, me quisieron cambiar la historia. Tuve depresión dos años y siete meses. Estuve escuchando reggae y fumando cigarrillos encerrada en una pieza. Hasta el día de hoy, en mi departamento están las cortinas cerradas, me gusta que esté todo oscuro.
–Una etapa difícil…
–La que vivió la depresión conmigo fue Camila, mi hija que hoy tiene ocho años. Estaba como un palo de escoba, parecía anoréxica, más allá de que esa enfermedad y la bulimia las sufrí a los 14 años. En ese entonces estuve con psicólogo y medicada por mucho tiempo, con pastillas en el día y pastillas en la noche. Embarazada del varón, soñé que se iba a morir. Fue un calvario que sostuve dos semanas hasta que fui al médico y me dijo que su corazoncito hacía setenta y dos horas que había dejado de latir. Es lo peor que le puede pasar a una madre. Guardé su ropa en una caja hasta que llegó mi tercer hijo. Ningún psicólogo me va a poder sacar lo que yo sufrí, es una mentira total eso. Tu hijo va a tener cuarenta años de fallecido y lo vas a seguir llorando igual.
–Tus tatuajes son muy significativos, entre ellos el de la imagen de tu papá…
–No llevo la cuenta. Me pasan cosas y me tatúo. Los más significativos son los de papá y el de Hello Kitty con una frase que habla de mi niñez, y otra de Frida Kahlo. De mi hijo no tengo todavía porque no estoy preparada, mamá tiene una foto de el. Mi plan es hacerme un angelito. Me encanta mirar mis tatuajes en el espejo.
–¿Soñás con tu papá?
–Los sueños son muy importantes, pero con papá sueño pocas veces. Lo siento en vez de soñarlo, y eso es más importante.
–¿Estás cerrada al amor?
–En mi adolescencia experimenté con una mujer. Hoy no puedo decir si quiero una mujer o un hombre para mí… estamos en el siglo XXI. Mi familia sabe que soy terrible y que los puedo sorprender con cualquier cosa. Que venga lo que venga, porque lo que me importa es mi felicidad, pero todavía no, no siento ganas de enamorarme otra vez. Si quiero, lo intento con quien considere, pero no tengo ganas.