Guido Süller ha decidido poner fin a una etapa importante de su vida: la venta de su icónica mansión, una casa que él mismo diseñó y que ha sido testigo de muchos de sus momentos más significativos. Con esta decisión, el arquitecto y ex piloto de aviación se despide de un sueño que, aunque se hizo realidad, ya no representa la vida que desea llevar.
La noticia fue compartida por el propio Guido Süller a través de sus redes sociales. “Quiero mostrarles mi casa porque la puse en venta. Es tan hermosa que seguro la voy a extrañar, pero ya está, es una decisión tomada”, expresó.
La mansión, ubicada en un exclusivo barrio privado de Pilar, cuenta con 300 metros cuadrados de lujo, una pileta climatizada, una cascada interior y su propio muelle frente a un lago. Este inmueble fue destacado por una revista de arquitectura como una de las mejores seis casas del país.
Sin embargo, detrás de la ostentación y los detalles arquitectónicos, hay una historia más personal. Guido Süller reveló que la casa fue pensada para ser habitada en pareja, pero tras el fracaso de su matrimonio, se encontró solo en un espacio que ya no le brindaba la calidez de hogar que tanto anhelaba. “Esto fue proyectado cuando yo estaba en pareja... mi pareja me dejó y yo me quedé solo en una casa gigante”, confesó.
Con el tiempo, el brillo de la mansión comenzó a desvanecerse, y Süller se dio cuenta de que la felicidad no estaba en los lujos materiales. “Descubrí que cuanto más tenés, menos feliz sos. Los pobres son más felices que los ricos”, reflexionó.
Así, decidió apostar por un estilo de vida más sencillo. Su nuevo hogar es una chacra cerca de Baradero y San Pedro, donde se dedica a cultivar sus propios alimentos y disfruta del contacto con la naturaleza. “Amaso pan y la casa huele a pan casero, no hay nada más lindo que comer lo que te da la tierra”, contó, mostrando su satisfacción con esta nueva etapa.
A pesar de que aún no ha encontrado comprador para la mansión, Guido está convencido de que este paso es parte de su evolución personal. Ahora, su enfoque está en nuevos proyectos, alejados de la vida de lujos que alguna vez definió su camino. “Una vez cumplida la meta de la casa de mis sueños, uno tiene que ponerse nuevos proyectos y sueños, porque si no, se viene la pregunta: ‘¿Y ahora qué?’”, concluyó.
Así, Guido Süller se despide de la casa que durante años fue su gran obra, pero lo hace con la tranquilidad de saber que, en cada rincón de ese hogar, siempre quedará un pedazo de su historia.