Se declaró la guerra oficialmente. Ya no hay vuelta atrás, ni espacio para un cese al fuego, todo lo contrario. De ese mensaje indirecto a una descripción clara, y cristalina como agua de montaña. Sabrina Rojas puso quinta a fondo y apretó el acelerador contra Griselda Siciliani.
La semana pasada, la modelo infirió, en una charla con Ángel de Brito en Bondi, que la actriz había ingresado en la vida de Luciano Castro durante su matrimonio activo. Empero no especificó con todas las letras la circunstancia, aunque permitió interpretar que Griselda ofició de amante de su ex marido.
Tras esas manifestaciones, Siciliani fue abordada por las cámaras y procuró argumentar esos dichos con frases esquivas, que fueron por la tangente. Evidentemente, Sabrina deseaba corroborar toda la historia y ejecutó un descargo explosivo, que activó la bomba más cruda en el universo del espectáculo.
En el desarrollo del ciclo Pasó en América, que conduce con Augusto Tartúfoli, Rojas lanzó una batería de munición pesada, como su opinión de la foto que posteó Castro de su actual pareja: “Estas son las cosas que sube el gordo cuando lo cagan a pedos. ¿Estamos al aire? Perdón, pensé que estábamos ensayando”.
ROJAS CONFIRMÓ QUE SICILIANI QUERÍA LEVANTARSE A CASTRO CUANDO ESTABAN CASADOS
Tartu le preguntó: "Luciano se confunde las fechas de tu matrimonio, no sabe si son 17 o 19 años". Así, Sabrina mandó al frente con todo a Siciliani con un secreto escandaloso: "Del lado de ella había una obsesión, cuando yo estaba casada y embarazada ella le mandaba mensajes. Después si pasó algo yo, supongo que si, ya no lo sé. Todo vuelve en la vida, un día sos amante y al otro día sos novia".
"Griselda tenía una obsesión, cuando yo estaba casada y embarazada ella le mandaba mensajes"
Embebida en una honestidad visceral, Rojas también opinó de las imágenes de Luciano y Griselda caminando por las calles de Palermo: "Fotos robadas, algunos no se hacen cargo de ser mediáticos y llama un fotógrafo de manera solapada". Y también le pegó por la storie del actor con un piropo para Siciliani: "El gordo es pollerudo, cuando se manda cagadas hace de todo para arreglar las cosas y lo amamos de nuevo".
También soltó frases encriptadas, que invitan a pensar en un trasfondo más picante: "Soy la cobra vengadora. No suelto porque no me suelta, lo que pasa entre cuatro paredes es tu palabra contra la mía".