Juana Viale siempre fue muy cuidadosa y privada en los temas que respecta a su familia. Pero en estos últimos días, su hermano Manu brindó una entrevista a corazón abierto y a donde habló del drama que vive respecto a su problema de salud.
Desde que es adolescente la joven comenzó a tener ataques de epilepsia, lo que le hizo modificar su vida de forma radical. Sus hábitos a la hora de cuidarse, dormir, comer y no consumir alcohol, fue algo que tuvo que cambiar de manera radical.
“La epilepsia fue el susto más grande que tuvieron mis padres. A los 13 años empecé con ausencias en el colegio. Me gustaba leer en voz alta, y leyendo El caballero de la armadura oxidada, tenía ausencias: como que me iba y volvía. Yo no me daba cuenta”, comenzó diciendo.
Recordando que esta enfermedad es la misma que tiene su sobrino Silvestre, hijo de Juana y Gonzalo Valenzuela, para Manu hubo un antes y después en el momento que sufrió un ataque días antes de su viaje de egresados y eso la hizo generar una mayor conciencia.
“No podía volarme la cabeza con alcohol, para no mezclar la medicación con el alcohol. Esas cosas que uno hace adolescente, que no sabe tomar. Y obviamente, lo hice. Así tuve mi primera convulsión, a los 17 años”, expuso Manuela.
LA HERMANA DE JUANA VIALE HABLÓ DE SU ENFERMEDAD
Y sobre esa misma frase, agregó: “Esa primera convulsión fue tres días antes del viaje de egresados. El médico me dejó ir porque le prometí que no iba a tomar alcohol. No tomé alcohol. Ahí me hizo un clic en la cabeza. Al principio estuve muy enojada con la situación, me costó, porque cuando sos adolescente no entendés nada y todo es malo. Después vi que no era tan grave”.
Debido a que su sobrino lo padece, averiguando en su familia descubrió que ella no era la única. Sin embargo, con el tratamiento adecuado y sus cuidados correspondientes, se puede seguir una vida con entera normalidad, como hoy ocurre en su vida y la de su sobrino.
“Puede ser genético: creo que mi abuela paterna tenía epilepsia, no lo tengo muy claro. Se supone que lo mío es una epilepsia infanto juvenil, y que a medida que uno va creciendo, se va. Llevo una vida normalísima. Lo que debo hacer es tomar la medicación. No puedo joder con el sueño: tengo que dormir 7 u 8 horas. Hace 11 meses que no convulsiono”, sentenció Manu en Infobae.