Cualquier movimiento despierta la atención y origina un efecto rebote. Wanda Nara transita por el pico de su visibilidad pública, esa que tanto anhela y persigue, con un presente convulsionado en lo personal, que se configura en una batalla judicial contra su ex marido, Mauro Icardi.
Mientras brotan infinidad de datos que refieren a las posibilidades de la pelea por la tenencia de las hijas, la división de bienes, el trámite de divorcio que todavía no se resolvió, las pericias psicológicas, la mediática continúa con su trajinar intenso y bajo la mirada de las cámaras.
La famosa se transformó en noticia por un festejo alocado de su cumpleaños número treinta y ocho, que realizó en la fastuosa casa que posee en el country Santa Bárbara, la misma de la que desalojó a Icardi la semana pasada. A las pocas horas de esa celebración, la blonda se subió a un avión.
Así, Wanda caminó por el aeropuerto internacional de Ezeiza con L-Gante y una maraña de medios. Más allá de esquivar las preguntas más incisivas, un detalle activó una bomba. Resulta que Nara contrató otra vez a Agustín Longueira, para que oficie de guardaespaldas.
WANDA OTRA VEZ CON EL GUARDAESPALDAS
¿Entonces? Se trata del hombre de seguridad que hace unos años aseveró que mantuvo un romance con la mediática. Por eso en Intrusos analizaron el caso y Karina Iavícoli contó: “Entra nuevamente en el cuadro de la vida de Wanda Nara y L-Gante el guardaespaldas Agustín Longueira”.
Además, la panelista agregó: “Está contratado por esta pareja para cuidarlos. Los acompañó, los cuidó y va a seguir trabajando con ellos. Es una novela”. Entendiendo la fascinación de Wanda por los flashes, Karina refleixonó: “Piensa como productora, esto está bien pensado”.