De pronto, flash: Esmeralda Mitre está de novia. Reencontró el amor tras su primero tranquila pero luego escandalosa ruptura con Darío Lopérfido, con quien estuvo 11 años. Y el señor que tiene al lado no es un nombre cualquiera. No, qué va… Su trabajo es cuando menos llamativo y, ya verán, justifica por un largo trecho haber utilizado la vieja letra de Luis Miguel para arrancar este texto.
“Se llama Juan Cruz Padilla, y hace dos meses y medio que estoy con él. Pensé que me iba a resultar mucho más difícil después de estar tanto tiempo con un hombre tan inteligente, pero sucedió. Y acá estamos, disfrutando de la época de pleno enamoramiento”, confesó la actriz. “El –agregó ella, siempre con su manera tan particular de hablar– tiene campo, trabaja en el campo, y además es “birdwatcher”. ¿Quéééééé?
La misma Esmeralda contó de qué se trata un “laburo” tan particular. “Es fotógrafo de pájaros. Es increíble lo que hacen. Se van a un volcán, el Lanín, por ejemplo, o a un refugio de montaña, y ahí se pueden quedar horas a la espera de un avistaje”, dijo en el programa radial de Catalina Dlugi, quien, en esta época de informaciones supersónicas, tuvo la primicia.
¿Y cómo es él? Según Esmeralda, se trata de “una gran persona, un hombre muy divertido, tiene mucho sentido del humor. Somos bastante iguales. Después de tantos años de relación con una persona pensé que iba a ser mucho más difícil, pero por suerte conocí a otra persona maravillosa y también inteligentísima. Yo tengo 37 y él 49. Tiene una hija de 20 a la que aún no conocí, pero creo que me voy a llevar muy bien”.
¿Será que finalmente le llega la hora de ser madre? Quién sabe. Por lo pronto, Esmeralda confesó que “tomé una decisión importante. Mi médico de toda la vida me preguntó si quería ser madre joven, y yo le dije que no, que quería ser mamá después de los 40. Entonces congelé 11 óvulos. En Europa y en Estados Unidos la gente lo hace mucho, pero acá no es muy frecuente. Para mí fue algo natural. Yo quería ser dueña de mi tiempo, de mi vida y de mi cuerpo. Y también de lo económico. Yo me mantengo sola desde los 24 años, entonces no quería depender de nadie, pero menos de mi familia”.
Al lado de Juan Cruz, Esmeralda intenta dejar atrás el tropiezo sentimental que “sufrió” con Lopérfido. “A pesar de que nos separamos en buenos términos, en algún momento hubo una rispidez. Me enojé y lo traté de traidor porque hubo cosas que no estuvieron bien. Y bueno, no todo es perfecto. Ahora nos amigamos pero yo no quería que hablara de mí. Pero jamás hubo violencia en la pareja. Mi familia siempre fue un matriarcado, y en ese sentido Darío me vino a salvar la vida", dijo.
"Me hizo conocer el lugar del hombre, me enseñó a amar y me puso límites, y esos límites hicieron que conociera el amor. Pudimos hablar y en algún momento voy a conocer a su hijo. Me alegra que pueda cumplir un sueño que yo no estaba preparada para llevar adelante. Esa fue una de las razones principales que hicieron que se desgastara nuestra pareja. Es un poco fuerte lo que digo, pero no era para nosotros”, remarcó. Por último, señaló que no está en contra del poliamor, pero que de ninguna manera podría llevarlo a la práctica. “Me muero. Respeto y no juzgo al que lo hace, pero para mí no va”.