Sin dudas, Mariano Caprarola (46) se hizo camino al andar… sobre la pasarela de la moda. Desde siempre productor y asesor de imagen, alguna vez columnista de Nosotros a la mañana e Intrusos, y hoy destacado y picante panelista de La jaula de la moda, se volvió una especie de enfant terrible del mundo de la estética. Feliz con el presente profesional que atraviesa, y luego de mantener un fuerte cruce mediático con Sol Pérez, el especialista no tiene nada que envidiarle a la ex chica del clima y se anima a posar ¡casi desnudo!
“La jaula marcó el hecho de que los artistas se ocupen y preocupen a la hora de ir a una premiación para estar lindos. Es como un programa de aire, como Showmatch, donde se critica al que baila bien y hay peleas. Mi tarea es entretener y evaluar looks. Después, todo lo demás es a criterio de quien lo quiera ver. Jamás le faltaría el respeto a una mujer. Cuando hablan es señal de que cabalgo y estoy haciendo las cosas bien”, arranca el muchacho de lengua filosa.
Y continúa: “Creo que no hay techo, eso se lo pone uno cuando se siente ridículo con lo que está haciendo o cuando la gente te suelta la mano y te deja de consumir. El día que sea hipócrita y mis palabras de verdad hieran a alguien, y no para hacer escándalo o publicidad, ese día tal vez me corra a un costado. Pero siempre he hecho muy bien las cosas detrás de cámara, como productor y persona ante todo. El día que no lo haga más no es que me quedo sin trabajo sino que seguiré en el medio, que es lo que amo. Amo vestir mujeres y amo que me desvista un hombre”.
–¿Tenés muchas cirugías hechas?
–Las cosas que tengo hechas es porque las quería tener y me las hice. No reniego. Prefiero decir que sí tengo hecho. Siempre que me pueda ver mejor lo voy a hacer. No es solamente una cirugía. Como muy sano, no me drogo, no tomo alcohol. Acá se juzga la cirugía pero no se evalúa todo lo demás que uno hace. Se evalúa el quilombo. Las cirugías no las sostenés sin gimnasio, sin cuidarte. Tengo 46 años y tengo buena piel porque me cuido con buenas cremas. No me hice nada. Me encanta gustarle a las mujeres, a los hombres, a los gays y a las lesbianas. Me gusta gustar.
Palabra de experto
–¿Tenés la cola hecha?
–Hace unos años tuve una intervención quirúrgica en los glúteos y tuve la suerte de encontrar a un gran médico que me sacó todo lo que tenía puesto y mis estudios están perfectos. Una eminencia me sacó algo que no me gustaba, me molestaba y que me podía hacer mal. Soy un tipo que bailo, entreno y entendí que me había hecho algo que era un capricho y que me hizo doler la cabeza a mí y también a mi familia. Me sentía que tenía una mochila en el culo y me lo saqué entero. No me dejé nada y los estudios de salud dieron perfectos.
–¿Cómo te gusta dormir?
–Hay días que duermo con pijamas y remeras, y los días que me miro al espejo y me gusto mucho duermo sin nada a lo Marilyn Monroe, sin nada y perfumado. Cómodo. Me gusta perfumarme para ir a dormir. En verano con aire fuerte, en cola y tapado.
–¿Cuál es tu cable a tierra?
–Tengo dos. Mi trabajo y mi familia. Tengo una familia linda. A veces las apariencias engañan. El que me sigue en redes sociales puede pensar que estoy de joda las 24 horas. Pero son las ocho de la noche, miro el noticiero y ya estoy en pijama comiendo y por acostarme. Tengo una vida muy tranquila, trabajo mucho, viajo seguido al interior. Por eso cuando escucho críticas lo primero que digo es… ¡cómo me gustaría que me vea! Pero ahora me importa un culo. El que habla es porque le gusto.
–¿Qué tiene que tener un hombre para que te sientas atraído?
–No me gusta la gente metrosexual, o que se parezca a lo que yo hago. Me encantan las canas, la pancita. Olés bien, sos prolijo, tenés poder… y sí, me seducís. Ese combo es perfecto.
–¿Te llegaron a ofrecer algo a cambio de sexo?
–Literal, tipo departamento, no. Ojalá. Pero el poder seduce y coquetea. Me ha pasado. El que dice que no le seduce el poder, miente. Muchas veces, pero no de pagarme a cambio. Disfruto. Y si me invitan de viaje lo he hecho de más chico. Ahora estoy cuidadoso.