Esta vez es verdad. Esta vez es cierto. Esta vez es real que un famoso “habló de todo y de todos” como se dijo tantas veces sin demasiado sustento. Susana, Mirtha, Tinelli, Pampita, Rial, Ventura, Yanina Latorrre, Luli Salazar, Sol Pérez, Nicole, Cubero y Mica, el amor, el sexo, la vida, sus hijos, su pasado, su presente y su futuro, la política, las elecciones, el país.
En un picante ida y vuelta, Beto Casella, conductor de Bien levantado (lunes a viernes de 9 a 13 por la Rock & Pop) y Bendita (lunes a viernes a las 20:30 por Canal 9) tocó todos los temas.
–Sos de “amores largos”: Bien levantado y Bendita hace “mil años” que están vigentes. ¿Hasta cuándo pensás seguir? ¿Querés batir algún récord o no te interesa establecer una marca?
–Mientras la gente nos siga bendiciendo con su compañía, seguimos con felicidad. Y cuanto más tiempo pasa es más emotivo. Me dicen: “Beto, yo te escuchaba en la radio o te veía en Bendita cuando iba a la secundaria. Y ahora tengo dos hijos, y te sigo”. ¡Eso es incondicionalidad!
–Pasaste por la gráfica, la radio y la tele, en todas con éxito, ¿te gustaría ser gerente de programación de un canal?
–Ni loco, ¡ninguno termina bien de la cabeza!
–Alguna vez los productores arriesgaron y sorprendieron llevando a protagonizar ficción a algunas figuras que no eran actores. ¿Irías si te convocaran, o sería una locura? ¿Si pudieras elegir una heroína, a cuál?
–Sí, actuaría. ¡Para eso estudié tres años con Ricardo Passano! ¿Heroína? Dame a Julieta Ortega o Inés Estévez.
–Sorprendiste como guionista de una obra de teatro. ¿Tenés planeada tu próxima “aventura”, sea cual fuere?
–Estoy escribiendo una película de samuráis, que va a dirigir el gran Raúl Perrone.
–Mirtha Legrand está cuestionada otra vez por sus preguntas y sus posturas políticas, dice que se siente muy golpeada por la muerte del hermano y por enésima vez coquetea con el retiro. Vos fuiste varias veces al programa, ¿debería pensar en el paso al costado o tendría que seguir?
–El día que Mirtha dé un paso al costado se enferma seriamente. Que se quede en la tele todo lo que le dé la gana, se lo merece.
–En algún momento tuviste un enfrentamiento muy fuerte con Luis Ventura, quien desde que es presidente de APTRA adoptó una postura conciliadora y, por ejemplo, arregló sus asuntos con Jorge Lanata. ¿Hablarías con él, te “reconciliarías”, irías a una entrega de los Martín Fierro?
–Nunca les di mucha bola a los MF, ni siquiera cuando los ganaba seguido. Con la actual administración de APTRA no quiero participar. De hecho, devolví una nominación, amablemente. En cuanto a lo personal con Ventura, ya quedó en el olvido.
–Viene el gerente de programación del canal y te dice: “Rompemos el chanchito y podés elegir a la panelista que vos quieras para Bendita: ¿Yanina Latorre, Marina Calabró o Debora Plager?
–¡Latorre se nos pelearía todos los días con las demás! Dame a la Calabró.
–Sol Pérez se quiere dedicar a la política. ¿Te parece bien? ¿Podrías votarla?
–¡Tiene todo el derecho del mundo! ¿O es un impedimento tener una cola importante? Si la votaría… déjenme escuchar primero sus propuestas.
–¿Qué te parece la Luciana Salazar “que da primicias de actualidad”? ¿Te gusta?
–Me parece divertidísimo que una chica considerada superficial adelante las noticias más importantes de la política. Parece una comedia de
Netflix. Creo que se la juzga desde cierto machismo disimulado.
–¿Irías al Bailando por un sueño, ya sea para bailar o para integrar el jurado?
–No creo. Hay que tener carácter para estar ahí. ¡Yo termino en el psicólogo a los dos programas!
–Las peleas de Nicole - Cubero - Mica, ¿te cansan o te divierten?
–Nos divierten en tanto sospechamos que, en general, las mediatizan los propios protagonistas. La parte para nada divertida es que hay chicos que no la van a pasar bien.
–Trabajaste con Susana Giménez. ¿Es bueno su 2019 televisivo?
–Sí, metió algunos hallazgos de producción y, como pasa desde 1987, cuando empezó, se las arregla para que se hable de ella. Incluso cuando pide pena de muerte.
–¿A quién le ves más futuro de diva: Pampita o la China Suárez?
–Creo que Pampita ya alcanzó las mañas y el oficio, al menos para conducir. Y la verdad que es muy querida por mucha gente. Sufrió mucho. Le deseo que todo lo que le pase sea bueno.
–¿Hizo bien Tinelli en no meterse en política o lo tendría que haber intentado?
–A mí me interesaba Tinelli metido en política. Es sangre nueva, con tanto dirigente gastado… Por algo se corrió…
–Otro que juega con la idea de un cambio es Jorge Rial: dice que a los 20 años de Intrusos deja de hacer chimentos. ¿Lo ves haciendo otra cosa?
–Es natural que a esta edad se le cruce cambiar el género. Es buen periodista, tiene que intentarlo si la intuición se lo dice.
Vida personal
–Vas camino a los 60, que vas a cumplir cuando lleguemos a marzo. ¿Cómo estás? ¿En qué momento de tu vida te agarra?
–En una fabulosa tranquilidad, con una buena red de afectos, incluso en el ámbito del laburo. Y todo el tiempo expandiendo el cerebro para entender al otro, ponerme en su lugar y juzgar menos a las apuradas.
–¿Cómo está tu relación con Carolina? ¿Siguen en pareja?
–Sí, bien. No en convivencia completa, formato que recomiendo.
–El sexo, según pasan los años: ¿lo seguís disfrutando tanto como antes? ¿O más? ¿Probaste Viagra alguna vez?
–La verdad que no es la explosión de hormonas que era a los 20. A esta edad priorizás más las caricias, crear momentos, y pensás mucho menos con el pene. Al menos, si evolucionaste un poco en ese aspecto.
–Con todos los métodos y “variantes” que hay en la actualidad, ¿alguna vez te dieron ganas de ser padre otra vez, o ser un “papá grande” no estuvo ni está en tus planes?
–No está en mis planes. Pero aprendí que la vida te depara lo que quiere, cuando se le antoja. Y ni te pregunta. Así que nunca se sabe. Pero el prejuicio de que sería un “padre-abuelo”, lo tengo, obvio.
–Y con tus pibes, de los que se habló poco y nada en todos estos años, ¿cómo va la cosa? ¿Sos un padre satisfecho, un padre preocupado, un padre de dar libertades?
–Los dos, Juampi y Franco, superaron las expectativas de la madre y mías. Expectativas en cuanto a buenas personas, solidarios, poco afectos al consumo desmedido y a las marcas. Dos buenos pibes, ¿qué más podés pedir? En cuanto a sus elecciones, ambos tuvieron toda la libertad del mundo.
–Sos un hombre criado en otras épocas, ¿es difícil “deconstruir la mente” y adaptarse a esta era de la mujer empoderada? ¿Tuviste que ejercitar algunos cambios en hábitos, palabras, chistes o temas que se tocaban en tus programas?
–En mi caso no hubo que deconstruir demasiado. Siempre detesté a los machistas, desde chico. Y mirá que conduje Buenos muchachos, un programa hecho por tipos exclusivamente. Ya en aquella época, yo le dije al grupo que nunca, en esa mesa, se iba a cosificar a la mujer. Y se cumplió. Y nunca entendí el oficio de “ama de casa”, aunque respeto a la que lo ejerce. En cuanto a los chistes, es fácil: donde antes la víctima del chiste era la mujer… ¡lo cambiás y ponés al hombre en ese lugar!
–Dentro de todo se te ve bien. ¿Estás atento a las cuestiones estéticas? ¿Hacés algo para cuidarte, practicás algún deporte?
–Entreno, juego al fútbol, me pongo los sueros “milagrosos” de Mühlberger (que ni sé qué tienen!) y me cuido un poco la cara con el doctor Sampietro. Pero cero obsesión. A esta altura, no me da para ser metrosexual. Como mucho, “mediosexual”, je, je.
–En poco tiempo hay elecciones. ¿Decís a quién votás? ¿Tenés expectativas de que la cosa mejore o se encamine, o estás resignado?
–¿Resignado en Argentina? Nunca. Tenemos claramente una historia y un hábito de repetir errores que no nos permite avanzar. Pero también la capacidad de adaptarnos, pelearla y reciclarnos. ¿Por qué no debería ser optimista?
