Irrumpió como un torbellino. Con la fuerza, las ganas, el deseo latente y el talento a cuestas. Y hoy Flor Jazmín Peña es una de las grandes revelaciones de la televisión. Talentosa bailarina, se luce en el Bailando 2019 con Nicolás Occhiato, y de a poquito se acercan a la gran final del certamen. Y cada noche va ganando más y más popularidad.
Y eso no sólo lo definen sus dotes para las performances sino también su frescura, espontaneidad y decisión, a pesar de algunas típicas dudas, de mostrarse y mostrar quién es. Con 25 años –y con poco y nada de experiencia en los medios masivos–, se destaca ya como una de las figuras del programa conducido por Marcelo Tinelli, en las noches de El Trece.
Ese que soy yo…
En abril del año pasado, Flor pisó por primera vez los estudios del canal de Constitución. Fue para presentarse junto con dos colegas en La tribuna de Guido, el programa en el que, por entonces, Guido Kaczka estaba al frente de la conducción. La creadora de contenidos (lo muestra habitualmente en las redes) personificó a uno de los integrantes de la serie de éxito mundial La casa de papel.
El concurso imponía que los participantes tenían que transmitir su participación en vivo por la red social Instagram. Y para sorpresa del jurado presente –del que formaba parte Nico Occhiato, que supo entender las capacidades de la artista para mezclar danza con humor– y del propio Guido, Flor empezó a sumar seguidores de forma acelerada, con un ritmo y cantidad que llamó mucho la atención. Y esa noche fue para ella un antes y un después.
Para quedarse
Y desde comienzos del concurso producido por LaFlia, la coreógrafa y profesora de baile fue ganándose un lugar destacado. No sólo por sus dotes para el baile sino por su simpatía ante las cámaras. Hasta que decidió mostrar cómo y quién era ella. Y contó en el Bailando que se siente atraída tanto por hombres como por mujeres, asumiendo que supo formar pareja con una mujer.
“Hace dos años, cuando mi familia se enteró de que me enamoré de una mujer, fue algo que obviamente costó porque ellos no lo tenían en mente de forma natural. Pero siempre desde un lugar donde, literalmente, me han dicho: ‘El problema es nuestro, no tuyo, a nosotros nos cuesta entender, ya lo trabajaremos’. Y sí, les llevó tiempo asimilarlo. Como todas las personas tenemos expectativas, los padres también las tienen con respecto a sus hijos. Y a veces uno toma caminos que no son justamente los que tu papá o tu mamá tenían en mente. Tampoco es que soy lesbiana. Simplemente la vida me sorprendió enamorándome de una mujer, y fue tan fuerte lo que sentí que me hice cargo, más allá de que mis padres no estuvieran del todo contentos", empezó.
"Pero nunca me dieron la espalda, siempre me dijeron que iba a contar con ellos, que les tuviera paciencia porque para ellos es una información nueva, una situación distinta, lo cual es súper entendible. Sí hay una realidad, que es que un tío se lo tomó muy mal y ya hace un año que no tenemos relación. Pero es simplemente ese tío con la familia que él formó, con su mujer y sus hijas. El resto de mi familia está conmigo, me apoya”, confió en diálogo con Paparazzi.
“Hasta se sorprendieron, en su momento, cuando quise dedicarme a algo artístico y no a una carrera universitaria o más convencional. Y de la misma manera que fue con mi sexualidad, tuvieron que aceptar esto de mi profesión. Cuando les dije que quería bailar, no estaban muy convencidos al respecto ni creo que me tenían mucha fe o esperanza. El tiempo y mi esfuerzo generaron que hoy por hoy pueda estar trabajando de lo que amo y complementando cosas que me gustan. No sólo bailo, también soy coreógrafa, y lo que más me gusta es utilizar mis ideas y bajar esa información a lo físico”, sumó vía WhatsApp.
La vida misma
Criada en Lanús por dos padres trabajadores, Flor creció bajo la ternura y el esfuerzo que significa tener una hermana menor, Rocío, con retraso madurativo. “Mis padres son súper trabajadores y un ejemplo grandísimo, se ocupan de que a mi hermana menor, que tiene una discapacidad, no le falte nada, como también lo hicieron conmigo. Y si bien hay cosas con las que disiento, porque uno como hijo viene a romper ciertas cosas de los padres, los admiro muchísimo. Yo tengo la dicha de ser independiente, pero mi hermana no. Y como familia hemos pasado muchas cosas y seguimos unidos”, contó.
“Estamos en una sociedad que nadie te pregunta cuando nacés si sos heterosexual, simplemente se da por hecho. Y creo que está buenísimo que en un programa masivo se pueda hablar con naturalidad. Hay que empezar a verlo de esa manera. Para todos los que, en algún momento, sentimos un deseo o una pulsión que la mayoría no sigue, los que somos minoría sentimos vergüenza, y es algo que no tiene que pasar más”, terminó.