A no confundirse: la evolución de Flor Vigna no se dio únicamente en lo referido al plano artístico. Su crecimiento ha superado las barreras de las exigencias globales que implica ser parte de un certamen con el Bailando por un Sueño, pues, a diferencia de lo que se advertía ni bien desembarcó en el reality de El Trece tras su paso por Combate, hoy también demuestra una palpable maduración frente a la cámara.
Desde que se separó de Mati Napp, Flor debió aprender a convivir con la incomodidad de las preguntas, fundamentalmente las de Angel de Brito, que en las previas de cada gala viene insistiendo: “¿Pasa algo con Nicolás Occhiato?”, fue, una y otra vez, el interrogante del conductor de Los Angeles a la Mañana apenas Flor había recobrado la soltería tras su alejamiento del coach.
En rigor de verdad, circulaban rumores de reconciliación con su ex, que a su vez la ve seguido en los ensayos porque él también es uno de los famosos que participa del show. ¿Fue el tercero en discordia que apuró su adiós con Napp? ¿Volvió con él?. Con tranquilidad, Vigna explicó su presente sentimental, dando a entender que con Occhiato no pasa nada y abriendo una puerta a una eventual reconciliación con su última pareja.
“Con Mati nos separamos con mucho cariño, no hay rótulos. No sabemos qué va a pasar. Intentamos una relación, parecía que funcionaba, pero no. Le mandamos un beso a Nico Occhiato, que le vaya bien. Pero no tiene nada que ver con eso. Ni se metió acá, no lo metimos”, explicó con un llamativo aplomo la bailarina para desacreditar las versiones que la vinculaban a su primer novio famoso.
Y reforzó su descargo: “Desde que nos separamos, con Nico no volvimos a vernos. Cada uno hizo su vida. Lo de Nico fue hermosa pero pertenece a cinco años el pasado. ¿Si Mati tiene la puerta abierta? Me encantaría que tengamos lo nuestro en paz”. A lo mejor, quién te dice…