Son exactamente cien periodistas. Cien votos. Cien respuestas a las picantes preguntas de Paparazzi. Hablamos de la encuesta que cada fin año trasladamos a nuestras páginas para, a modo de balance, resumir lo más significativo de los últimos doce meses según la mirada de distintos especialistas. Voces que se expresan para dar a conocer sus opiniones con respecto a los acontecimientos que, de una manera u otra, marcaron la agenda del espectáculo y de la prensa.
Un material interesantísimo, aun cuando parte de su contenido, eventualmente, podría llegar a ser considerado previsible. ¿A qué nos referimos con esto? A ciertas situaciones que provocan unanimidad y se perfilan para ser la opción elegida por casi todos los votantes. Ejemplo: ya en las puertas de ingreso a la segunda mitad de noviembre, es muy difícil recordar que se haya registrado un escándalo o una pelea de tamaños superiores al que están protagonizando Araceli González (52) y Adrián Suar (51) en la actualidad.
Habría que revisar detenidamente los archivos, pero en principio ninguna confrontación entre dos ex cobró la notoriedad que adquirió en los últimos días el conflicto entre la actriz y el papá de su hijo Toto. Las razones de semejante disputa tienen que ver, como en el 99 por ciento de los casos, con cuestiones económicas. Sí, se están peleando por plata, y lo más preocupante es que por ahora no se avizoran soluciones que permitan fumar la pipa de la paz y comenzar a privilegiar nuevamente los lazos familiares.
Para conocer la raíz del problema habrá que remitirse a lo profundo del pasado, allá lejos y hace tiempo, cuando luego de cuatro años de casados, el dueño de Pol-ka y Araceli decidieron ponerle punto final al vínculo conyugal. Al parecer, en momentos en que ella transitaba su tramo laboral más esplendoroso y Adrián todavía era un productor apenas en crecimiento, se estableció un acuerdo mutuo que contemplaba el préstamo de un dinero importante para la época.
Esa suma salió del bolsillo de Araceli y fue a parar a manos de Suar, que la recibió con beneplácito porque la necesitaba imperiosamente para poder darle forma a Poliladron, su primera ficción trascendente en TV desdoblado en el papel de actor y también a cargo de la producción. Habrían sido 70.000 dólares a cambio de una presunta promesa de Suar de incluir a Araceli en una futura venta de Pol-ka, que recién estaba naciendo.
Aparentemente, el Chueco restituyó el importe pero habría dejado afuera a su ex del traspaso de las acciones de la firma a un nuevo propietario. “Me dio la plata, pero sin intereses”, disparó la actriz, dando a entender que Suar aún no ha cancelado totalmente sus compromisos asumidos, pues, de acuerdo con sus manifestaciones, aún no le dio el total de la parte que le correspondería por la operación.
Sin embargo, en las últimas horas Paparazzi obtuvo un documento revelador en toda esta trama, que promete, por supuesto, más capítulos. Se trata de un recibo que, con fecha 6 de octubre de 2008, legitima la conformidad de Araceli con el dinero percibido tras la comercialización del 13 por ciento de la compañía y que, lógicamente, lleva su firma y aclaración. En uno de los párrafos, de hecho, renuncia a la posibilidad de efectuar nuevas exigencias: “En virtud del presente pago, declaro extinguida toda acción y/o reclamo emergente de la operación de compraventa de acciones antes aludida, por lo que a ese respecto, no tengo absolutamente nada más que reclamar…”.
Sin ser especialistas en derecho, intuimos que con este papel los abogados de Araceli deberán redoblar esfuerzos o diseñar otras estrategias para que la Justicia les dé la derecha, salvo que lo de realizar nuevos reclamos esté circunscripto exclusivamente a la mitad de ese 13 por ciento que ya reconoció cobrar. Suar, seguramente, lo conservará como prueba fehaciente para evitar pagar dos veces lo mismo.
¿Qué estaría pidiendo entonces Arceli? Se comenta que, en realidad, pretende que Suar le compre el 5 por ciento de las acciones que aún no se vendieron, pues su presente económico no justificaría esperar a que aparezca un comprador. Suar no tiene la obligación legal de hacerlo. Cada uno pelea con sus armas y el desenlace de esta historia es incierto, pero en algo ya no quedan dudas: vamos camino a definir “El escándalo” o “La pelea” de 2019 antes de que Paparazzi sorprenda a sus lectores con su clásica encuesta de fin de año.