Desde que apareció en los medios se destacó por su belleza, simpatía, profesionalismo y por ponerles garra a todos los proyectos. Así sobresalió y logró dejar atrás prejuicios que rondaban su figura. Sol Pérez (26) parecía tener todos los planetas alineados. ¿Qué podría estar mal en su vida? El amor. Ese casillero fue su cuenta pendiente a lo largo de los años. Probó con futbolistas, actores, productores y otras tantas profesiones, pero con ninguno dio en la tecla.
Una de las mujeres más deseadas, por esas cosas del destino, curiosamente, era engañada y desilusionada una y otra vez. “En el amor no tengo suerte”, manifestó en algún momento y lo repitió varias veces. Sin embargo, todo cambió cuando se cruzó en su vida el abogado y entrenador Guido Mazzoni (37). En octubre de este año ella dio a conocer el romance, y desde entonces no dejan de avanzar en el terreno del amor a pasos agigantados.
El muchacho estuvo cuatro años tras sus pasos a través de Instagram, mensaje va, mensaje viene, intentando que ella vaya a su gimnasio, entrenarla y de paso conocerla… Y cuando estaba por bajar los brazos, ella empezó a entrenar con él. Fue gracias a la convocatoria para que fuera parte de La peluquería de don Mateo. Por el horario, dejó de entrenar en el lugar que iba por falta de tiempo y empezó a ir al gimnasio de Mazzoni. Enseguida se dieron cuenta de que eran el uno para el otro.
“Estamos muy bien. El tiene una personalidad y una forma de llevar la vida que creo que a mí me hacía falta y era lo que necesitaba. Yo era mucho trabajo, trabajo y nada social, de vida personal, nada de amor. Yo creía que el amor era otra cosa, y cuando lo conocí a Guido me di cuenta de que lo que quiero es estar con él. Me divierto, me río, hace que todos los días me levante con una sonrisa”, contó en La noche de Mirtha.
La relación marcha tan bien que ya se animaron a dar un gran paso en la relación, tal vez la más importante, la que marcará el destino de ellos. “Hace dos noches que estamos durmiendo juntos, que estamos conviviendo, estamos muy contentos. Es un gran paso, pero los dos lo queríamos dar. Estamos muy bien, ojalá nos casemos, sinceramente me encantaría”.
¡Complicado! El inicio del romance no fue nada sencillo. La primera que supo el nombre de su novio fue su mamá, Claudia. Esa mujer que siempre estuvo y fue su cómplice en todos los momentos de su vida. La parte más complicada fue decirles a sus hermanos, Manuel y Matías, pero sobre todo, a Horacio, su papá.
Tal vez porque la vio sufrir tantas veces, Claudia, en lo más profundo de su ser no quería verla pasar por la misma situación. La encargada de tirar la primera piedra como para ablandarlo fue su madre, pero en primera instancia no hubo caso. El hombre no quería saber nada, y Sol contó el motivo por el que no quería que se pusiera de novia con el musculoso.
“Mi papá no quería saber nada con Guido por la diferencia de edad. ‘Ese chico no me gusta, ¿es necesario?’, le decía a mi mamá. Pero cuando lo conoció, enseguida se dio cuenta de la clase de persona que es”, contó Pérez.