Terminó el Bailando y su participación como miembro del BAR fue elogiada por todos. Sus obras volvieron a brillar y afrontará un verano movidito movidito: se dará el gusto de presentar una comedia, Un estreno o un velorio, en Carlos Paz, mientras su logrado Circo del ánima se establecerá en Mendoza. Le llueven invitaciones para que sus espectáculos den la vuelta al mundo: Qatar, el país más rico del planeta, le ofrece toneladas de guita para que lleve sus obras entre dunas y desiertos.
Sin embargo, ninguna de esas circunstancias ultra positivas alegró tanto el corazón y el ánimo de Flavio Mendoza como la aparición en su vida de Martín Menard, un modelo al que convocó para una publicidad de su línea de indumentaria y del que quedó inmediatamente enamorado. “No le quiero poner título a la relación”, avisa el artista. No hay problema, muchacho. Se lo damos nosotros: son novios y Flavio está feliz.
“Estoy muy contento con Martín. El es muy natural. Es cordobés, vive en una ciudad mucho más chica. Es modelo, pero sin esa aspiración loca que tuvieron otros que estuvieron a mi lado. A mí se me cruzaron en la vida muchas aves de rapiña. Y no es que yo sea tonto, pero todos fueron muy buenos actores y yo recién les saqué la ficha de lo que eran al final de la relación, y no podía creer estar en casa durmiendo con el enemigo. Siempre buscaban algún provecho”, se confesó en Agarrate Catalina.
“Martín es un señor. Es distinto a todos los demás. Muchas cosas que le dije para hacer o lo invité a ir no quiso hacerlas. Y le convendría para tener más trabajo. Y no quiere. Me dice: ‘Cuando tenga que ser se dará, y si no se da no pasa nada’. A veces me acompaña al Bailando y lo pongo al lado mío para que lo vean un poquito, pero hay veces que viene a Buenos Aires y se queda con Dionisio, no va al canal. No le quiero poner título pero la verdad que encontré una persona con todos los valores que uno pretende en la persona que tiene al lado”. Siempre en diálogo con el programa que va los sábados de 12 a 14 por AM 1110, el platinado habló del otro gran amor de su vida, su hijo Dionisio.
“Dionisio viene conmigo a todos lados. Es como mi mochila. La gente ahora me ve y me pregunta: ‘¿Dónde está el nene?’. Dejé de ser Flavio Mendoza y ahora soy ‘el papá de Dionisio’… y me encanta”, asumió.
Además, recordó: “Antes de que Dio cumpliera un año nos fuimos a Estados Unidos para que se viera con Giselle, la mujer que lo llevó en su vientre. Ella estaba embarazada de nuevo. Es una persona más de mi familia, y quiero que Dionisio siga en contacto con ella”.
Y admitió que “me encantaría tener otro hijo. Pasa que ahora estoy con muchos viajes al exterior que había postergado por el nacimiento de mi hijo. Y como él ya está un poco más grande, creo que podré ir. Con un recién nacido no podría hacer eso, porque eso no lo pienso tan para lo inmediato. El año que viene no me voy a atar a nada importante para ver si lo hago. Le pregunté a Giselle si tendría otro conmigo, y me dijo: ‘Ay, esperá’. Además de Dionisio, ella tiene tres hijos propios”.