Una nueva edición de Divina comida, el programa de Telefe que transcurre en diferentes casas de famosos, tuvo como anfitrión a Fede Bal, quien invitó a los comensales a comer a la casa donde se crió y que hoy es habitada por su mamá, Carmen Barbieri.
"Esta es la casa de mi madre, en Belgrano, donde me crié. Amo este lugar, este living que tiene un montón de historias para mí. Cuando vivíamos acá, mis viejos estaban juntos y es la casa donde pasé grandes años de mi vida", explicó el actor que protagoniza la obra Mentiras Verdaderas en Mar del Plata.
Entre los comensales estaban Sol Pérez, Lizy Tagliani, Guillermo Cóppola y Georgina Barbarossa. "Hoy vivo muy cerca, y acá sigue viviendo mi vieja. Les pido por favor que no hagan bardo porque me mata. Me prestó la casa porque es más grande que la mía y para recibir a los invitados de hoy quería hacer algo más grande. No se lo puedo dar dada vuelta porque me va a matar", pidió.
"ABAJO DE MI CAMA TENÍA UNA LUZ DE NEÓN MUY GRASA Y EL PISO SE ILUMINABA DE COLOR VIOLETA. ERA COMO UN ALBERGUE TRANSITORIO".
El momento más desopilante ocurrió cuando Fede mostró su habitación. "Ahora está hecho más estudio, pero quedan muchas fotos. En el pasillo van a ver un paredón de fotos. Mi cuarto se convirtió en una gran biblioteca de vhs y dvd’s y tiene todos los premios Estrella de mar de mi vieja", explicó.
Luego, reveló un detalle estético con el que se mandaba la parte cuando era adolescente. "Abajo de mi cama tenía luz de neón muy grasa -que no funciona- y el piso se iluminaba de color violeta. Era como un albergue transitorio. Tenía como 16 años y traía a una novia, prendía esa luz, me hacía el guacho y le decía 'mirá, te invito a mi cama'", cerró entre risas.