"Una está buscando otras cosas y otras experiencias. Está bueno también decir ‘acá di lo que tenía que dar’ y probar por otros lados. Lo importante siempre es agradecer e irse bien de los lugares. Y así me quiero ir de Incorrectas, porque fue hermoso y de mucho aprendizaje. No me van a ver en los programas hablando mal de mis compañeras”.
Estas fueron las últimas declaraciones públicas que se conocieron de Sofía Zámolo (37), otra de las que armaron el bolsito y abandonaron, sorpresivamente, el programa de Moria Casán. Fue la forma que eligió de terminar laboralmente 2019, con la tranquilidad de sentirse tranquila por no haberse guardado nada cuando le tocó desempeñarse en servicio del espacio que en el canal América encabeza la One.
Desde entonces, la modelo se recluyó en su familia y se propuso bajar la exposición, al punto de prácticamente tomar una distancia como nunca antes. Y en tren de preservar su intimidad, se relajó y le dio mayor prioridad a sus afectos. Recientemente, Sofía viajó a Estados Unidos para descansar y cargar las pilas para lo que viene.
El destino elegido Fue Key Biscayne, destino al que llegó, obviamente, acompañada por su pareja, Joe Uriburu (40). Creemos que para Sofía estas vacaciones tuvieron un gusto especial porque pudo disfrutar del amor, pues por un tema de agenda no conseguía tomarse unos días junto a Joe, a quien, sin dudarlo, llamó “el amor de mi vida”.
Zámolo contó cómo se conocieron y de qué manera fue fluyendo la relación: “El vivía a la vuelta de mi casa, en San Isidro. La primera vez que nos vimos fue en un cumple de un amigo en común, a los 13 años. Cada uno hizo su vida hasta que años más tarde nos volvimos a encontrar. Yo estaba haciendo una campaña en República Dominicana y él me mandó un mensaje. Hablamos por teléfono y quedamos en vernos cuando yo volviera. ¡Y así fue! Nos vimos y empezamos a salir. A los dos meses, nos fuimos a vivir juntos”.
Pese al lugar top que los albergó en el descanso, Zámolo remarcó que Joe “es transparente, simpático, sin vueltas. Nunca quiso aparentar nada y se mostró tal cual es. Me hacia reír como cuando teníamos 13 años. Se dio todo de manera muy natural, me sentí cómoda desde la primera salida y me di cuenta enseguida de que era la persona que quería a mi lado. Yo venía de otro tipo de relaciones, de muchas mentiras, con hombres muy mujeriegos”.
Y aseguró que se sorprendió gratamente con su forma de ser, porque “yo estaba acostumbrada a relaciones tóxicas, muy posesivas en las que lloré mucho y que me sirvieron para aprender. Ahora veo lo que es la felicidad. Estoy viviendo un amor más sano, donde los dos buscamos hacernos felices. Hablamos lo que nos molesta del otro para modificarlo y nos acompañamos mucho. En algún punto, había empezado a pensar que todas las relaciones eran complicadas y que no existía el amor verdadero. Mis amigas me decían `la novia fugitiva´ porque cada vez que un hombre se quería casar conmigo yo salía corriendo. Esta vez las cosas son diferentes”.