Andar desnudo por la vida puede traer unos cuantos beneficios (liderar la taquilla marplatense y por lo tanto ganar un buen dinero, la más saliente) pero también algunas contras. Por ejemplo, quedar expuesto de tal manera al sol que la piel quede tan roja que parezca una camiseta de Independiente. La original, claro, porque con la cuestión del marketing inventaron tantas que ahora hasta hay una que tiene una equis blanca sobre un fondo azul.
Gonzalo Heredia, uno de los protagonistas de Desnudos, el mayor suceso de la primera mitad de enero (habrá que ver qué sucede durante el resto de la temporada, pero difícilmente esas cuestiones sufren modificaciones sustanciales), atravesó una instancia de esas: se pasó de rosca con el bronceado, y pobre, parecía un tomate.
Puede pasar en el verano: aquellos que en cuestión de horas pasan de tonalidades medio paliduchas a ser verdaderos “pieles rojas”, como aquellos indios que conocimos en las series yanquis de los 70. A Heredia lo agarraron un par de jornadas esplendorosas de playa y marchó nomás rumbo a la arena en compañía de su mujer, la cada vez más simpática y siempre bonita Brenda Gandini, y de sus hijos y, como les sucede a miles de personas, se olvidó de ponerse el protector.
¡Para qué! Quedó todo colorado y, por consiguiente, a la noche le ardía todo. Hasta el cú… bito dorsal. Igual no hubo molestia que le impidiera subirse al escenario y romperla, como hace todas las noches, junto con su mujer, la dupla Sabrina Rojas - Luciano Castro, y el otro Luciano del grupo, Cáceres.
Los cinco protagonizan Desnudos, la obra que se presenta en el Teatro Neptuno y que mira desde arriba al resto de los espectáculos que ofrece la cartelera teatral de La Feliz. La gente los adoptó como sus preferidos, y en medio de la malaria que agobia a artistas, empresarios (y sobre todo al público) cortan tickets a lo pavote.
En la playa no perdieron la oportunidad de meterse al agua. No para darse un chapuzón refrescante, sino para mojarse los pies y para que sus pibes disfruten de los primeros contactos con el mar. Brenda llevó a upa durante buena parte de la excursión a Alfonsina, que está cada día más pizpireta y linda. Obviamente, se les acercaron un sinfín de curiosos para sacarse fotos con ambos, algo a lo que accedieron sin ningún tipo de problemas. Lo único que no quería Heredia era que le tocaran mucho la espalda. Por la quemazón, claro.
En una entrevista que le hizo el programa LAM, el galanazo admitió que se había ido del famoso grupo de WhatsApp que tenía el elenco de ATAV –donde trabajó– y que el regreso de la exitosa novela podría darse “recién en 2021”, ahogando un poco las expectativas de los fanáticos de que este mismo año hubiera continuidad. Y bueno, estaba al lado del mar…