La promo siempre fue fácil de entender: cada viaje en avión suma “millas” y cuando esas “millas” se acumulan en una cantidad interesante se pueden canjear por diferentes “premios”: pasajes, estadías, bonificaciones y demás etcéteras por el estilo. Si siguieran al pie de la letra esos reglamentos, Julieta Nair Calvo y su novio, un agraciado y simpático muchacho llamado Andrés Rolando, podrían celebrar el primer aniversario de la relación arriba de un avión o en cualquier restaurante del planeta.
La actriz y su compañero forman una de las parejas más viajadas del ambiente artístico y estarían en condiciones de elegir a gusto y piacere. Sus cuentas en las redes sociales desbordan de fotos con ambos en los más variados paisajes del planeta. Las cálidas y agitadas playas de río, los deslumbrantes lagos de la Patagonia argentina, el glamour inigualable de París, los rascacielos de los Estados Unidos le han dado marco, cada lugar en un momento diferente, a esta intensa historia de amor.
Rolando es un empresario vinculado a la actividad gastronómica, y a los 33 pirulos conquistó el indómito corazón de Julieta, una de las actrices jóvenes más activas y relevantes de nuestra tele. Acaba de debutar con Separadas, la tira de Pol-ka que llegó para reemplazar a la exitosa ATAV, y al menos en sus primeras emisiones recibió más críticas (sobre todo de los usuarios de Internet) que apoyos.
Hasta la cambiaron de horario para que no se viera mano a mano con El muro infernal, el mayor éxito del verano.Julieta y Andrés cumplieron un año. Un año queriéndose. Un año viajando. Un año de la marcha de Rolando… y de Calvo.