Una cena en común generó el primer acercamiento. Esa noche, la buena onda reinó entre ellos pero no hubo intercambio telefónico. A los pocos días, Claudia Ciardone (40) recibió un mensaje vía Instagram, y ahí empezaron un camino de largas conversaciones, en privado, con Carlos, empresario del rubro informático. Y desde entonces, el intercambio avanzó, empezaron las primeras salidas y ya llevan más de dos años de relación. Relación que en cada oportunidad que tienen la celebran con alguna escapada a solas. Y en esta oportunidad lo hicieron con diez días en México, donde visitaron tres destinos: Playa del Carmen, Tulum y Holbox, tres lugares típicos para los que pisan tierra azteca, que se destacan por su belleza paradisíaca.
El plan fue programado e incluyó dos caras: conectarse con la vida saludable y celebrar con salidas y fiestas nocturnas. Después de doce años de temporadas teatrales ininterrumpidas, este verano la rubia apostó a compartir la estación del clima pesado y la ropa liviana con el hombre que ganó su corazón, diez años mayor que ella. Pero eso no significa que deje de lado la profesión, sino que sólo se tomó este tiempito para hacer algo que tenía pendiente, y que también le permitió recargar pilas para lo que será su año.
Amor a la mexicana. Durante una semana y media, la actriz y el especialista en el mundo cibernético repitieron una rutina constante durante las mañanas. Disfrutaban de un desayuno americano con variedad de frutas, frutos secos y exquisiteces dulces para luego dedicarse a la actividad física, respetando el entrenamiento que ambos suelen seguir durante el año. Y después del mediodía, la playa los encontraba disfrutando de la arena, el mar, los mimos románticos, charlas a orillas del agua y lectura.
Por momentos, Ciardone se conectaba con el mundo laboral ultimando detalles de lo que será el lanzamiento de la web donde no sólo venderá productos y accesorios deportivos sino que también ofrecerá tips y recomendaciones sobre vida sana y actividad física que lanza a partir de febrero. Y por las noches, después de regresar al hotel y producirse para la ocasión, la pareja seguía distintos planes.
Salían a cenar a solas aprovechando la intimidad de noches a pura pasión o a divertirse como invitados en fiestas. “Estoy enamorada. Carlos me hace sentir plena, me completa en todos los sentidos. Además, es re lindo, como yo, que no aparenta la edad que tiene”, confió la aficionada al fitness, que proyecta tener su espacio en tevé para transmitir los conocimientos adquiridos.
¿Relax y proyección? El tiempo a solas, lejos de los apuros que impone la agenda y de los distintos compromisos de ambos, también abrió las puertas a los proyectos en común. Feliz con el presente de la pareja –tiempo atrás supieron atravesar una breve crisis–, la idea es seguir yendo de viaje cada vez que puedan, porque es uno de los planes que más disfrutan. “Estoy muy feliz. Hoy no cambiaría nada. Con Carlos vamos paso a paso. Esa manera de hacer las cosas es la que nos hace crecer juntos”, reconoció.
“Todavía no vivimos juntos, pero nos vemos casi todos los días. Y lo más importante es que nos hacemos bien mutuamente. No hablamos del tema convivencia, dejemos que todo fluya, como tiene que ser. Casarme no es algo que me inquiete. El matrimonio es una institución social. Por ahora, me dejo llevar por el amor. Quizás en algún momento me quiera casar, pero no lo sé… Y me gustaría tener un hijo, pero uno solo y más adelante, ja, ja”, contó, relajadísima. Que la vida la sorprenda.