Si bien, a juzgar por su cuerpo trabajado, muchos podrían suponer que su arma de seducción es esa, el modelo y azafato de Bienvenidos a bordo conquista con su hermosa sonrisa y con la interminable simpatía que despliega cada noche en el programa que conduce Guido Kaczka. Carismático, divertido y definitivamente conquistador, Axel Neri (30) posa exhibiendo todos sus perfiles y se anima a hablar de los temas más picantes…
“En 2018 trabajé para Tenemos Wifi, así que ya me conocían en la productora. Salió en una charla con Guido, antes de empezar, el hecho de que en el programa también hubiera un chico, y ahí surgió mi nombre. Trabajaba como modelo y arranqué a coquetear con los medios en 2013 como notero en el canal E!”, arranca el morocho.
–¿En qué te cambió la popularidad?
–Lo que cambió es el hecho de salir a la calle y que la gente me conozca. Antes lo hacían nada más los que estaban en la moda o los que me asociaban a alguna marca. Es muy fuerte ir al supermercado y que la gente se acerque, me brinde cariño y me diga que se divierte un montón cuando bailo o interactúo con Guido. Uno tiene que vivir todo eso para poder explicarlo. A veces me preguntan si es profunda la pileta. Lo que me sorprendió es el público chico, o infantil. Tengo mucha empatía y me encanta. Ciento por ciento cambió mi vida.
–¿Qué es lo que más te elogian?
–En este orden: la sonrisa, la boca (me preguntan si está hecha) y, cuando me pongo a charlar, la simpatía. Muchas personas se me acercan para decirme que soy muy cálido y eso me agrada, no monto ningún personaje. Las mujeres a lo primero que van es a mi boca.
–Estás muy expuesto físicamente, ¿sos de cuidarte?
–Tengo una obsesión por el cuidado de los dientes, por la salud bucal. La boca es un punto, pero soy igual con todo. Con el cuerpo, si bien me cuesta volver a la rutina, voy al gimnasio, hago actividad física y con mi familia siempre comimos sano. Así que los hábitos saludables los tengo desde chico. No soy de comer golosinas. Los permitidos que tengo son helado y empanadas compradas. Después, me encanta cocinar y me cocino todo. Soy muy exigente con mi cuerpo; más allá de que me gusta verme bien, mi cuerpo es mi herramienta de trabajo. Me permito momentos de ocio, me tiro en el sillón a la mañana con unos mates a mirar la tele. Y a la tarde leo. Gozo de una genética que me permite ser flaco. Dejo de entrenar, pierdo masa muscular y adelgazo. Y verme flaco no me gusta.
–¿Estás de novio?
–No estoy en pareja, me separé de una relación linda, con proyectos, pero no se dio. Éramos diferentes e incompatibles, teníamos distintos estilos de vida. Fue una negociación constante de ceder y recibir. Me considero enamoradizo, cuando me llena de diferentes lados, me gusta la mujer segura, decidida, independiente. Debo sentir esa admiración. Soy re solitario, pero cuando estoy en pareja me pongo intenso a nivel infumable en el sentido de querer compartir. Soy muy romántico, pasional, compañero, me gusta disfrutar de cosas sencillas. En la intimidad me considero creativo, pasional y cuando estoy en pareja, si se puede todos lo días, mejor. Priorizo la calidad y la energía con quien comparto. Creo en las energías, soy sensible y me hago fiel a eso. ¿Sexo casual? Puedo contar las veces con los dedos de una mano. No me gusta ni me siento cómodo. He llegado a pasar 7 u 8 meses sin tener relaciones sexuales porque tengo la libido baja o la mente en otra cosa. El solo hecho de acostarme por tener sexo no me interesa.
–Te gustó Cinthia Fernández, pero te cortó el rostro…
–Cuando la conocí a Cinthia Fernández, hablé con ella en el corte y me encantó. Obviamente, lo primero que me atrajo fue el físico porque está a la vista de todos el cuerpo que tiene. Es hermosa. Me quedó la pica para saber de ella, pero me dejó en claro que no tengo posibilidades. Me pareció prejuicioso lo que dijo de que estaba cartoneando. Me gustó, me cayó bien, pero a veces las apariencias engañan. Ya está cerrado por una cuestión de que somos sapos de diferentes pozos.
–¿Cuál es tu cable a tierra?
–Me levanto muy temprano porque mi lema es ‘primero desayuno y luego existo’. Necesito mis huevos revueltos, un licuado, un mix de frutas o tostadas. Mínimo me tomo unos mates, que es mi cuota diaria. Los fines de semana corro entre 15 y 20 kilómetros y ese es mi cable a tierra. Además, leer me calma la cabeza. Leo mucho psicología positiva, ley de atracción y programación neurolingüística. Día por medio hago meditación guiada. Los fines de semana me junto con amigos y les cocino. No tomo alcohol y estoy en otra frecuencia del que va al boliche.