Si bien hoy está instalada en Carlos Paz, tranquila y volviendo a ser feliz, sonriente y abocada al trabajo con la obra Atrapados en el museo, la modelo pasó los últimos años de su vida… ¡atrapada en un infierno! Al menos, así lo describió luego de romper el silencio y contar la interna de su matrimonio con Claudio Contardi (51), con quien padeció violencia psicológica, amenazas y estafas.
Y llegó un momento en que no soportó más la situación, tomó coraje, buscó ayuda, abandonó el hogar familiar e hizo la denuncia correspondiente. Un año después de haber tocado fondo y decidir dar vuelta la página en la historia personal de su vida, Julieta Prandi (38) vuelve a apostar al amor y, lejos de los prejuicios, hoy se permite salir con un muchacho un tanto menor que ella. Seguramente con un trabajo más profundo detrás de ella, la actriz blanqueó su relación con Guido Sardelli (31), integrante del grupo de rock Airbag con quien días atrás se reencontró en el marco del Cosquín Rock.
“El prejuicio de que la mina que sale con un hombre más joven es una robacunas me parece completamente machista, antiguo y retrógrado. Es algo que no me afecta en lo más mínimo”, se defiende la blonda ante las posibles críticas mientras lucha día a día para sanar las heridas del pasado y continúa refiriéndose a este nuevo amor: “Con Guido compartimos un código y un lenguaje que tiene que ver con nuestra carrera. Entendemos nuestras profesiones y estilos de vida. Nos gusta reírnos juntos y disfrutar el momento”.
No todo es lo que parece. Fue allá por el año 2007 cuando la modelo –y promotora por aquel entonces– oficializó su romance con Claudio. Enamorada, apostó a esa relación y junto a ese hombre se convirtieron en padres por primera vez en 2011 al traer al mundo a Mateo (9). “Hoy siento que nunca hubo amor y que todo fue planeado. Cuando estaba esperando al bebé y conduciendo Zapping, confiaba en él y le hice un poder que le permitía hacer lo que quisiera con mi dinero”, cuenta Prandi mientras recuerda un episodio en aquella época donde Contardi, haciendo uso y abuso de ese privilegio, habría puesto un departamento a nombre de Ezequiel, un hijo fruto de una relación anterior.
A pesar de ello, la relación siguió adelante y juntos tuvieron a Rocco (4). Fue a partir de entonces que empezó una lucha tanto interna como con su ex para poder darle fin a esa relación que se había tornado bastante enfermiza. “Siempre fue una persona celosa y posesiva. Controlaba todos mis tiempos y horarios. Un hombre manipulador. Cuando uno no acepta o no quiere ver que pasan cosas, el cuerpo da señales. Me empecé a sentir rara, con malestar y me cayeron todas las fichas juntas. Supe que me tenía que separar, pero no sabía cómo”.
Luego de meditarlo, procesarlo y decidirlo, en marzo de 2018 Julieta le pidió el divorcio a su marido, pero no fue de un día para el otro. “Me decía que ya estaba vieja, que se iba a matar si terminábamos, hasta me hizo creer que tenía una enfermedad”, confesó la actriz, y reveló, “ese último año de convivencia fue un calvario, intentando, además, que los nenes no se enteraran”.
En plan de separación, y puesto que su marido no mostraba la más mínima intención de dejar el hogar, fue ella quien en febrero de 2019 se fue de la casa. “Me fui armando de fortaleza para salir de ese lugar. Agarré mis cosas, alquilé un departamento y me fui con mis hijos. Tuve que pedir un préstamo porque tengo dos casas, una en Martínez y otra en Escobar, pero no las puedo usar porque Claudio las está ocupando”, repasa la modelo mientras espera que llegue el mes de marzo para llevar adelante el juicio por división de bienes.
Volver a empezar. “Hay cicatrices y miedos que te quedan adentro, pero con el tiempo y el amor se curan”, lanzó la actriz desde Córdoba, ya a la distancia de esa relación tóxica, mientras vuelve a apostar al amor y se prepara para sumarse al Súper Bailando 2020. Luego de lo trascendido, y ante la necesidad económica, a Julieta no le quedó otra que salir a trabajar. Desde entonces logró reinsertarse en el medio, hacer teatro esta temporada en Carlos Paz y cerrar contratos para lo que resta del año. Afortunada en lo laboral, su corazón también lo estaría en lo personal desde que se dejó llevar por los sentimientos y vive una nueva relación amorosa con el guitarrista de Airbag, sin rótulos, sin prejuicios ante la diferencia de edad y, lejos de esconder este nuevo amor, lo blanqueó desde la Villa.