Hasta hace muy poco, para el común de la gente la palabra coronavirus era desconocida. Sin embargo, hoy ocupa las portadas de todos los diarios nacionales e internacionales. La rápida propagación del virus Covid-19 preocupa a todos. Si bien China, Italia, España, Corea del Sur e Irán son los países con más alto riesgo de transmisión, muchos otros se suman a la lista con casos positivos, entre ellos la Argentina, que ya confirmó 12 contagios y lamentó la muerte de un hombre de 64 años. Para hablar sobre el tema, Paparazzi entrevistó en exclusiva al médico de la gente, el reconocido doctor Alberto Cormillot.
–¿Por qué cree que la Organización Mundial de la Salud sigue hablando de epidemia y no de pandemia?
–Quizás para evitar el pánico. El nombre no agrega nada desde lo práctico. Hay países que están padeciendo el tema antes que nosotros y bueno, tenemos toda esa experiencia para ver qué funciona y qué no.
–Como profesional de la salud, ¿usted cómo aconseja manejar la paranoia que se está generando en la gente?
–Una de las cosas es la desinformación. Creo que los Ministerios de Salud de la Nación y de la Capital Federal están trabajando para unificar el mensaje, para que los profesionales se pongan de acuerdo en qué es lo que van a comentar y no largar noticias apocalípticas, porque un riesgo es minimizar el tema y otro riesgo es que se viene el fin del mundo. Hoy en día nadie puede decir qué va a pasar, si es como el SARS o como el MERS, que duraron un tiempo y después se agotaron. Lo que hay que tener presente es que en los países donde murieron 200 o 300 personas, murieron tres, cuatro o cinco mil de gripe, que es otro virus. Este ha tomado una dimensión inusitada.
–Además de extremar la higiene, ¿qué otras medidas pueden implementarse para evitar el contagio y la propagación del virus?
–Cubrirse la boca y la nariz con el codo o usar un pañuelo desechable al toser o estornudar, no tocarse los ojos, la nariz y la boca, evitar compartir platos, vasos, ropa de cama y otros objetos. No tener contacto con cualquier persona que está enferma. Además, el asunto de los saludos y de mantenerse en contacto con mucha gente, las aglomeraciones, ver qué va a pasar con las reuniones. El autoaislamiento si uno no se siente bien. Si una persona está con fiebre, con tos, dolor de garganta, dificultad para respirar, bueno: guardarse y llamar al 107, si es de Capital Federal y Gran Buenos Aires. Cada provincia está poniendo su propio sistema. Una de las cosas que hay que tener en cuenta es que el bicho puede vivir en una superficie sólida (no porosa), durante 24 horas, en una mesada, una computadora, un teléfono, y en una superficie porosa de 3 a 6 horas. Pero uno viene de afuera y pone la cartera o el portafolios en cualquier lado, y hay que tener mucho cuidado con eso. Uno se lava las manos y agarra el celular que sigue con bichos, así que al celular hay que ponerle alcohol o un desinfectante. Habría que lavarlo un par de veces por día porque uno lo apoya en cualquier lado.
–Si una persona llega de Europa sin presentar síntomas, hace su vida normal y al décimo día empieza con síntomas y da positivo, es imposible contactar a toda la gente con la que estuvo e incluso con los que se cruzó. ¿Cómo se hace para contener la enfermedad?
–Es muy difícil. ¡Es imposible conectar a todas las personas con las que estuvo en contacto! Así pasó lo de España o Italia. No sé si habrán actuado con rapidez o si habrán limitado los contactos de las personas. Aquí hay un área gris donde entra la minimización del tema, el temor de la gente, la vergüenza de tener la enfermedad, la necesidad de trabajar y la lentitud propia de la burocracia.
–¿El coronavirus puede presentar sólo un síntoma y no los demás?
–Que presente un solo síntoma es muy difícil. Se puede presentar en casos leves, pero tiene que ser un conjunto de síntomas.
–¿Cree que la Argentina está preparada en caso de que ocurra lo que ya pasó en Italia, que pasó de ser un virus importado a ser un caso de circulación?
–Creo que la Argentina tiene los medios, los profesionales y las normativas para contener una epidemia. Pero poder hablar de grado de cumplimiento es muy difícil porque es un país con mucha inequidad, con mucha disparidad entre las provincias, entre los distintos distritos. La capacidad, ya sea económica, técnica o de voluntad, de disposición a cumplir es muy amplia. Los argentinos no somos muy afectos a cumplir las normas, así que saber qué puede pasar es muy aventurado. Cómo se va a comportar el virus y cómo se va a comportar la gente no hay nadie que lo pueda garantizar. Se murieron seis pibes de desnutrición en la comunidad wichi y no lo pudimos resolver, se mueren pibes de sarampión y no los pudimos vacunar, muchos adultos no se dan la vacuna antigripal y no podemos hacer que se la den, así que el comportamiento de los virus es a veces predecible y otras no, pero el comportamiento de los argentinos es bastante predecible.
–¿Mantener las defensas altas es garantía de no contagio o de que la enfermedad pase más levemente?
–Mantener las defensas altas no es garantía de nada. Puede atenuar la gravedad del tema, eso sí. Por eso se da con más virulencia en las personas que tienen las defensas bajas. En la que tienen bien sus defensas es muy posible que se defiendan más y la enfermedad sea más leve, pero no garantiza absolutamente nada.
–Desde la alimentación, ¿cómo podemos mantener las defensas altas? ¿Qué alimentos conviene consumir?
–Con respecto a la alimentación lo que conviene es hacer una alimentación variada. Esto excluye todas las dietas raras y pintorescas que andan dando vueltas. Los que tienen mayor cantidad de defensas son los vegetales, combinando los de todos los colores. Uno puede buscar vegetales de estación. No entramos en el detalle de que la comida está cara, pero dentro de las posibilidades de cada uno lo que convendría es mayor cantidad de hortalizas, frutas, legumbres, arvejas, lentejas, porotos. También la carne, que es fuente de hierro, de zinc y vitamina 12, que fortalece las defensas.
