A un año de la abrupta separación de Flavio Mendoza, el empresario habla por primera vez y se anima a posar casi al desnudo. Sexy pero pudoroso, Daniel Allodi (33) brinda detalles de la íntima relación que mantuvo con el protagonista de Un estreno o un velorio.
“Nos conocimos hace cuatro años, cuando yo estaba en pareja y vivía en Córdoba. Hablábamos mucho, iniciamos una relación de amistad primero. Siempre por Whats App. Un día me invitó al teatro, lo fui a ver y enseguida pegamos buena onda. Yo viajaba mucho por laburo, pero estábamos siempre en contacto. Después de dos años lo invité a comer porque me decía siempre que si quería una amistad con él no era a través de mensajitos. Fui a la casa, estaba con su bebé y salimos a comer por Palermo; ahí comenzó todo", recuerda Daniel.
"Ahí es donde la amistad se fue transformando. Había buena onda, fuimos a Miami, que es el único lugar al que viajé con él porque nunca necesité nada de Flavio. Nos sacábamos fotos juntos, ambos las hemos subido a las redes. Un día lo llamaron de Paparazzi por una nota con estas fotos conmigo y lo quería matar. Él nunca imaginó que íbamos a ser la tapa. Ahí explotó todo. A partir de ahí me oficializó como su novio”, sigue.
–¿Qué te gustó de Flavio?
–Al principio era todo bueno, él era muy divertido. Después la cosa se fue poniendo más demandante cuando pasó esto del noviazgo. Flavio es una persona insegura, celosa, él mismo lo dice, y las cosas fueron mutando y a no ser tan buenas como al principio. ¿Qué le gustó a él de mí? No lo sé. No soy quien para decirlo. Su gente me decía que conmigo era la primera vez que Flavio tenía a alguien al lado que no necesitaba de su dinero. Yo tengo mis negocios, me dedico a otra cosa, nunca aparecí en ningún lado.
-¿Cómo te cayeron los medios?
-Hacer estas fotos fue todo un tema para mí, me costó. Nunca que estuve con él salí como este último chico con el que estuvo, se nota la diferencia. De hecho, Flavio hasta me propuso matrimonio. Yo de él no necesitaba nada y no podía, de alguna manera, tenerme por algo a cambio, viajes, autos o lo que fuera. Con él sólo viajé a Miami. Sabía que no me podía comprar ni deslumbrar con nada. Yo tenía mi Mini Cooper, él con su BMW no me iba a empaquetar. Yo tenía mi casa, él la suya. Está acostumbrado a ser el que banca las cosas.
–¿Volverías con él?
–No, para nada.
–¿Por qué terminaron?
–El problema fue que yo me escribía con otros chicos. Uno era amigo de él y le pasó los mensajes. Ahí saltó y me mando a la mierda después de seis meses de relación. Pero bueno…
–Cambiando de tema, ¿te considerás muy metrosexual?
–Hoy soy gay, o voy y vengo, pero no me considero metrosexual. Tengo amigos que son heterosexuales y peores que yo con ese tema. Voy a entrenar, me alimento sano, pero tranquilo. Es genética. En cuanto a la sexualidad, me inclino más al gay. Igual, siempre pueden surgir situaciones paralelas.
–¿En qué momento sentiste que te atraían los hombres?
–Hasta los 26 años siempre estuve con mujeres y recién ahí conocí, experimenté y tuve relaciones con chicos. Hasta el día de hoy estoy soltero.
