Pasó relativamente poco tiempo. Menos de un año. Fue a mediados de 2019, más o menos entre las PASO y las elecciones generales, cuando trascendió un audio algo risueño en la superficie pero que, analizado a fondo, provocó un terrible bochorno.
“Podés ser una fuega que convenza a otra fuega a poner el dinero y, a los meses, con lo que aporten nuevas fuegas recuperás lo que pusiste y además te llevás mucha más plata”, se escuchó por todos lados antes de que Alberto Fernández fuera ungido presidente de la nación. Se trataba de una voz conocida.
Y cuando dijeron de quién era, el impacto fue doble. Porque Jazmín Stuart, aquella que prometía lluvia de dinero, además de una muy buena y respetada actriz es una chica muy querida por la gran mayoría de la gente.
Ni siquiera pasó un año y Jazmín ya logró dar vuelta aquella historia. Y de a poco pudo quitarse esa imagen ligada al sospechoso “Telar de la abundancia” que le endosaron por entonces. Tan grande fue el vuelco que hoy, con marzo entrando en su segunda mitad sacudido por el coronavirus y los ecos que aún resuenan de la consagración de Boca en el mano a mano con River, es una de las referentes de la lucha de las mujeres por sus derechos y en contra del machismo.
Una de las líderes de “la colectiva”. Una de las que se puso al frente del reclamo y si tiene que pelear, porque muchas veces las conquistas se dan así, luchando, lo hace sin dudar. Lo dejó en claro hace apenas unos días, en plena emisión de Informados de todo, el programa que reemplazó al tumultuoso Involucrados en las mañanas de América, cuando le pegó “flor de parada de carro” a Guillermo Andino, el conductor del ciclo.
Andino entrevistaba a la madre de Wanda Taddei –víctima de un femicidio perpetrado por su pareja, el exbaterista de Callejeros, Eduardo Vázquez– y la interrumpió sin titubeos cuando Pablo Layus, desde un móvil, convenció a Carmen Barbieri para que hablara sobre la salud de su hijo, Fede Bal. Cuando terminó la charla y volvieron al piso, Jazmín no se quedó callada y le hizo saber a Andino “lo incómoda y violenta” que fue la abrupta interrupción.
Luego, Jazmín utilizó sus redes sociales para seguir manifestándose. Y así como recibió toneladas de apoyo, también fue blanco de algunas críticas. Sucedió cuando propuso “obligar” a todos los que trabajan en los medios de comunicación a que tomen clases y cursos de “perspectiva de género” para dar las informaciones.
“Necesitamos una ley que obligue a toda persona que trabaje en medios de comunicación (periodistas, productores, redactores, etcétera) a cursar una formación en perspectiva de género. Se siguen narrando las noticias desde la mirada patriarcal. En tiempos de hipercomunicación, el periodismo irresponsable, misógino e ignorante, se vuelve tóxico para un país que intenta madurar en materia de derechos humanos e igualdad", escribió.
"El movimiento de mujeres y disidencias edifica conciencia con mucho esfuerzo. Los medios de comunicación no pueden cagarse en eso por un punto más de rating amarillista. Sobre todo si pretenden que sigamos encendiendo el televisor, escuchando sus radios o leyendo sus publicaciones. El mundo se transforma. Transfórmense”, cerró. Le dijeron de todo. La que juega con fuega…