Conoce la popularidad porque la vive desde chica. Magui Olave (31) creció siendo la prima de Rodrigo y Ulises Bueno, amadrinada por su tía Beatriz Olave y con un padre músico. Se hizo camino en la movida tropical, pero el amor la llevó a tomar distancia e instalarse en Bélgica por casi diez años junto al jugador Matías Suárez, hoy figura de River Plate.
Ahora retoma su carrera y lanza su segundo trabajo discográfico, con ansias de ir por más. “Mi carrera comenzó a los 15, cuando Ulises armó su banda. En el 2008 pedí permiso para irme por quince días de vacaciones porque hacía seis meses que estaba de novia y a mi pareja lo habían trasladado allá. En esas dos semanas me enteré de que estaba embarazada de mi primera nena. Y se hicieron ocho años y medio allá, donde nacieron mis dos hijos; hoy Halona tiene once y Valentino, cuatro. Hice un primer disco allá, pero nunca salió a la venta. Al regreso, en 2016, si lo logré acá. Y ahora estoy a punto de lanzar el segundo, Aprender a volar, que saldrá a la venta en dos semanas y se escuchará en plataformas digitales y en YouTube”, compartió.
“Con mí tía Beatriz tenemos una relación muy cercana porque, además de mí tía, es mí madrina. Siempre fue muy compañera de mi mamá, que hoy ya no está, y mi tía pasó a ser una especie de mamá suplente. Ahora, en cuarentena, ella está con mis primos y aprovechamos para hacer videollamadas”, contó la intérprete.
–¿Qué recuerdos guardás de Rodrigo?
–Muchísimos porque vivíamos uno al lado del otro. Mi papá fue músico de él, tocaba la batería. En los últimos tiempos yo cuidaba en las tardes de Ramiro (hijo de Rodrigo) porque era chiquito. Todo lo que vi en los bailes de chica me sirve para tenerlo presente hoy y saber cómo manejarme en la movida tropical.
–Al día de hoy Betty sostiene que a Rodrigo lo mataron. ¿Cuál es tu teoría?
–Siempre estuve muy ligada a lo que decía mi papá y los familiares de la camioneta donde iban los músicos, que iba atrás de Rodrigo. Ellos vieron todo el accidente. Y no fue un accidente casual sino más bien causal. Fue todo lo contrario de lo que declaró la justicia. Fue algo programado y hecho a propósito.
–Te cambio de tema. Vos haces música tropical y tu marido juega al fútbol… ¿sos como la Princesita del Kun Agüero?
–Hace ocho años que estamos casados con Mati y tratamos de disociar las profesiones, pero nos apoyamos, nos seguimos y cada vez que podemos compartir momentos del trabajo del otro, lo hacemos. Cumplir el rol de mujer de jugador de fútbol es un poco de todo. Hay que tener paciencia, saber manejarse un poco en todo sentido, estar en las buenas y en las malas. La mujer es la que siempre lleva un poco el mando de todo.
–¿Sos celosa?
–La verdad es que soy muy celosa, pero con Mati tenemos una relación muy sincera. Se habla muchísimo y cualquier inquietud, ya sea de su parte o de la mía, se habla. Siempre estoy muy atenta, no bajo nunca la guardia. Las redes son un arma de doble filo, pero siempre que las sepas usar y que sea a conciencia está bueno tenerlas.
