Laurita Fernández abastece el mundo de las redes sociales con mucha periodicidad. La rubia sube todo tipo de fotos y videos, desde bailes de excelsa factura hasta reflexiones cotidianas. Generalmente, la bailarina logra una repercusión muy positiva, por su belleza y talento, pero también provoca algunas críticas.
Inmiscuida en el aislamiento social obligatoria, la actriz comparte el espacio habitacional con Nicolás Cabré, en la zona de Pilar, a donde se mudó por una urgencia que le aconteció en su departamento. En algunas oportunidades se exhibe aburrida o angustiada por el contexto, pero trata de animar a sus seguidores con buenas ideas.
Aunque hoy posteó en su perfil de Instagram dos imágenes muy peculiares, que se engloban en un desafío global bajo el hashtag #onehandchallenge, que sería una prueba de realizar algo llamativo con una sola mano. La cuestión es que Laurita se sacó dos fotos peligrosas, en las que se encuentra cabeza abajo, estirando su cuerpo con una pose artística.
El truco pasa por esconder el brazo que oficia de palanca, y que soporta el peso de su humanidad, detrás de su voluminosa cabellera. El primer golpe de vista da una sensación de una pirueta imposible, que para la mayoría de los mortales mantiene esa condición de complejísima. Aunque, con astucia, equilibrio y manejo de la corporalidad se puede lograr. Claro que alcanzar el glamour de la pose de Laurita es una dificultad extrema.
La que fuera jurado de Bailando por un sueño armó su publicación con una consigna concreta, directa y escueta: “¿Quién se anima?”. Esa pregunta despertó una variopinta gama de respuestas, que van desde el mal ejemplo que supone esa pirueta con la posibilidad de salir lastimado y teniendo en cuenta el estado crítico del sistema sanitario.
También están los halagos por lo que logró, como se lo escribió Barby Franco: “Sos de otro planeta”.