Cada cual atiende su juego. Aplicar esta frase al contexto social que vivimos seguramente servirá para interpretar de qué manera se transita individualmente la cuarentena. Es decir, conocer de qué manera se aprovecha el “tiempo libre” en los hogares de nuestro país. El menú es bien variado. Están los que se pasan horas frente al televisor mirando series, los que le sacan hasta la última gota de jugo a la tecnología con celulares y tablets y los que, lejos del sedentarismo, duplican sus rutinas físicas con mayor cantidad de ejercicios.
En este último segmento podría encuadrarse el gusto de Barby Franco (27), quien, con el deporte como herramienta, busca despejar la mente y descontracturarse. La modelo, al margen de respetar a rajatabla trabajos de entrenamiento funcional, también suele andar a caballo.
De a poco va a aprendiendo a montar, siguiendo atentamente las indicaciones de Fernando Burlando (55), especialista en el tema por ser un asiduo jugador de polo. “Soy el Maradona del polo”, afirmó en más de una ocasión el mediático abogado, responsable de enseñarle a su novia a cabalgar correctamente. Para Burlando no solo es importante que Barby incorpore la técnica en el galope y se nutra de la relajación que seguramente aporta trasladarse en el lomo de un equino.
El letrado también pretende que se instruya en lo relacionado a la equitación porque su deseo es que algún día, en un futuro no tan lejano, pueda tomar la fusta y colocarse el casco para formar parte de su equipo. “Son días muy productivos, según mi profesor Fernando Burlando. Me saqué un 7 en la clase de equitación (porque aprendí a galopar). ¡Fue tan lindo lo que viví que voy a seguir con mi clase! Nos quedamos hasta el anochecer y la naturaleza siempre nos regala una imagen para las fotos”, fue el mensaje que Barby compartió con sus seguidores una vez terminadas las clases, luego de las cuales, de acuerdo a lo que confesó, recibió una buena calificación.
Alguna vez, Fernando Burlando comentó que él se siente el Maradona del polo. ¿Mirá vos?
Obviamente, a diferencia de muchos compatriotas, Burlando y Franco disponen de recursos diferentes. En su casa de campo el encierro que implica respetar la cuarentena no se nota tanto, pues el espacio al aire libre posibilita la práctica de diversas actividades. Por ejemplo, la siembra. La debilidad que sienten ambos por las plantas también los llevó a dedicarle tiempo a la jardinería, algo que documentaron con una serie de imágenes que posteriormente subieron a Instagram y en las que aparecen tirando semillas a la tierra y regando.
Tal vez por esa razón, tanto Fernando como Barby quedaron expuestos a una serie de críticas por parte de los que interactúan a diario con ellos, debido a una foto que utilizaron para promocionar el #quedateencasa, sin reparar en un fondo dudoso que dio a pensar si en efecto ellos se encontraban realmente en su hogar. La pareja prefirió el silencio y optó por no salir a confrontar con aquellos que emitieron juicio de valor o que directamente los acusaron de predicar sin dar el ejemplo. Son las reglas.
La fama implica correr esos riesgos y por ahora pareció favorecerlos el beneficio de la duda. Burlando entiende de qué se trata la inexistencia de elementos probatorios que fundamenten una acusación. Barby no se preocupa, solamente atiende su juego. Tiene, desde luego, quien la defienda.
