A Julieta Ortega no le cerraba eso de que “para el amor no hay edad”. Cuando le presentaron a Camilo Vaca Narvaja, a quien conocía por ser el padre de la nieta de Cristina Kirchner, pensó que llevarle 12 años era un obstáculo insalvable para intentar una relación.
Pero una charla que tuvo con una amiga y un trabajo interno para derribar prejuicios abrieron la puerta. El amor hizo el resto: hoy, la actriz y el dirigente político conforman una pareja estable y feliz.
“Lo primero que dije cuando lo conocí es que era muy chico. ¡Le llevo 12 años!", recordó la hija de Palito. "Es muy joven Camilo. Me daba miedo, pero un día una amiga me preguntó '¿Escuchame, nosotras somos feministas de verdad o solamente vamos a las marchas?', y eso me cuestionó todo. Entonces le dije “Tenés razón”, agregó.
"Es una relación distinta a todas las que tuve. Camilo es delicioso, de buen corazón, profundo y generoso", dijo Julieta.
En diálogo con el programa Agarrate Catalina, de la Radio de la Ciudad, la actriz recordó que “en ese momento empecé a pensar que todos los hombres que tengo cerca, amigos, hermanos y hasta el padre de mi hijo, están con parejas a las que le llevan hasta 20 años y a nadie se le mueve un pelo. Y ahí dije yo no puedo dejar que esto sea un problema, y me decidí”.
Hoy, Julieta está dichosa de haberse quitado las ataduras. “Camilo es una persona deliciosa, extraordinaria, de una corazón generoso y es muy profundo. Es único, muy amoroso”, lo describió, aunque aclaró una y otra vez que le daba “mucho pudor” hablar de su muchacho.
"En enero cerré un local de mi marca de ropa, pero increíblemente en cuarentena explotó todo y ahora no paro de despachar mercadería", afirmó.
“Es una relación distinta a todas las demás. Apenas nos conocimos sentimos que era una relación importante, que pasaba algo fuerte ahí. Hacemos una vida muy familiar. El conoce a mi hijo y yo conozco a su hija. Charlamos todos los temas, incluso que para mi ya está cerrado el tema de tener hijos”, le dijo a Catalina Dlugi.
Ortega tiene otro motivo para celebrar en la cuarentena. “Increíblemente, a mi marca de ropa le va mucho mejor ahora que antes. En enero cerramos un local, y ahora np paramos de despachar mercadería. Estamos desbordados de pedidos y recién ahora vemos los frutos de tres años y medio de trabajo”, remató, feliz en todo sentido.