Comediante de pura cepa y alto renombre, Enrique Pinti (80) habla sobre la situación que atraviesa la colonia artística a consecuencia del coronavirus.
Referente, sostiene que no tienen apoyo gubernamental y que, por el contrario, se sienten acompañados por Sagai, la entidad que distribuye derechos intelectuales. Y en pleno apogeo del debate sobre sexo virtual, confiesa su realidad intima.
-¿Los artistas tienen apoyo de las autoridades del gobierno?
-Para nada… Sagai está haciendo algo perfectamente bien. Además del dinero que te puede dar, que para mucha gente es importantísimo, se acuerda de vos. Llamó por teléfono a todos los socios de más de 60 años. Te sentís cuidado y eso es importante. La plata es fundamental, pero sobre todo está la consideración. El gobierno dice que se va a ocupar de los monotributistas pero no del mundo del espectáculo. Evidentemente, el hilo se corta por lo más delgado, y nosotros somos lo más delgado del hilo.
-¿Usted puede estar un largo tiempo sin trabajar?
-No sabemos cuándo se van a reanudar las funciones… Yo vivo del teatro. Desde luego que tengo unos ahorros que me van a permitir no tener problema por tres o cuatro meses, pero no más. La gente fantasea con que somos todos millonarios, y algunos lo son, pero muy pocos, y otros sólo se la rebuscan. El colchoncito que tenes para una enfermedad, una operación o una internación, lo tenes reservado para eso, no para gastarlo en la diaria porque no podés trabajar. Es muy complicado el tema y, de verdad, los artistas estamos muy desprotegidos.
"Sigo sin celular, y ya no voy a tener. Con artrosis y los dedos gordos, embocarle a una tecla sería un milagro. Hablando en el teléfono fijo me siento un pibe de 20", explicó Pinti.
-¿Cómo cree que será la reapertura de actividades artísticas?
-Por ahí, en noviembre se puede empezar a hacer algo pero es una muy mala época para lanzar un espectáculo de teatro. Creo que lo más seguro es enero del año que viene. Esperemos que para esa época se haya encontrado algún remedio que te pueda ayudar. Mientras no se encuentre la forma de vacunarse va a ser muy difícil. Los productores están, realmente, muy apretados de dinero. No sé cómo van a ser los cachets, los contratos y los porcentajes.
-Entonces, la cosa va a estar difícil…
-Muchos productores están culo para arriba y tienen que recuperar el dinero. Además, hay que acostumbrar al público de nuevo a que hay función. Estas pandemias, epidemias o enfermedades traen una especie de coletazo… Como sabemos que puede haber rebrotes, es probable que a alguno no quiera irse a encerrar a un teatro. Y sin público, no hay teatro. Podemos tener temporadas muy flojas. Pero siempre es preferible una temporada floja que una temporada que no existe.
"Para la gente de mi edad, el sexo mental es mucho mejor que el virtual: siempre hacés lo que querés, y con quien quieras", argumentó.
-¿Sigue sin usar ni tener celular?
-No tengo celular, redes sociales ni nada por el estilo. Lo tomé como una filosofía de vida porque nunca tuve ningún tipo de facilidad para lo técnico. Ni siquiera me gustaba la máquina de escribir. Escribía mis libretos a mano, con letra de imprenta, en un cuaderno. Hoy en día, con un ojo que no ve mucho, con las manos que están jodidas por la artritis, meter el dedito en el teclado chiquito de un celular, es un desastre. En cambio, con el querido y viejo teléfono fijo hablo como si tuviese 20 años. No me siento disminuido. La gente sabe que para comunicarse con Enrique está el teléfono fijo y ya está. Conmigo se tienen que conformar como si fuera una radio.
-Desde el gobierno recomendaron el sexo virtual…
-A los 80 años la libido es mental. Un señor que no tiene pareja es patético que ande, a mi edad, pendiente de quién te mira y quién no. Son cosas que se van borrando de forma natural. Hay gente que no las borra y son los viejos verdes y las viejas locas. A esta altura, para mí, el sexo es medio tántrico y virtual. Uno se sigue regocijando viendo cosas bellas, eróticas, pero en función de que todo todo mental.
-¿Y entonces, qué recomienda?
Para la mayoría de la gente de mi edad, el sexo pasa a ser un recuerdo. La masturbación mental la tenes que hacer permanentemente porque el vigor está en absoluta decadencia. El sexo mental es mejor porque te acostás con quien se te da la gana, me hago una cama de tres, es fantástico… No le meto los cuernos a nadie, nadie me los mete a mí y no me tengo que bañar.