En su momento, hasta el propio presidente Alberto Fernández cuestionó su actitud. No fue el único, claro, que criticó la decisión de Marcelo Tinelli (60) de irse a cumplir con el aislamiento obligatorio a la ciudad de Esquel, pues muchos interpretaron que el conductor se tomó la cuarentena como un período de vacaciones.
Transcurridos unos días y notando que cada vez más argentinos ponían en tela de juicio su responsabilidad como referente, ante una pandemia que en el 90 por ciento de los casos tiene a la comunidad recluida en sus viviendas “de siempre”, el creador de Showmatch salió a aclarar y se defendió con distintos argumentos: “Hace 22 años que tengo casa acá y vine a mi casa a hacer la cuarentena con mi familia. Tengo domicilio en esta ciudad desde el año 1998. Nosotros vamos a hacer la cuarentena en Esquel y voy a cumplir con mis obligaciones laborales de manera home office desde acá”, fue la explicación que dio Tinelli para justificar su determinación de transitar este lapso de confinamiento dentro su chacra, que obviamente cuenta con todo el equipamiento necesario para transformar un encierro en una experiencia netamente de descanso.
Cuando parecía que las aguas se aquietaban y que lo ocurrido iría quedando enterrado en el baúl del pasado, la figura del Cabezón se vio envuelta de nuevo en un escándalo, derivado, justamente, de su polémico viaje a Chubut. ¿Qué sucedió? Imprevistamente, aterrizó en la provincia un avión que al parecer habría sido contratado por Tinelli como flete, generando diversas suspicacias teniendo en cuenta las limitaciones que existen para el transporte, tanto aéreo como terrestre, por las medidas de profilaxis implementadas en gran parte del país.
Como era de esperar, se armó un gran revuelo, fundamentalmente porque testigos afirmaron haber visto cuando en la finca de Marcelo recibían una valija de grandes proporciones que, según aseguraron, había sido transportada en el vuelo sanitario.
¿Por qué sanitario? De acuerdo a las palabras de Tinelli horas después, en el bulto había “medicaciones que mandé a pedir a Buenos Aires porque no las conseguía en todo Esquel”. Los dichos de Tinelli no terminaron de convencer a todos, pero el conductor insistió en que todo el movimiento realizado tuvo una finalidad sana, es decir la de proteger la salud de los suyos.
“Nosotros lo único que hicimos fue seguir un tratamiento médico. No teníamos los medicamentos, los pedimos a Buenos Aires y pagamos un taxi aéreo hasta Esquel. Es algo normal. No consigo la medicación acá y Cande sigue un tratamiento de salud hace años. Es algo privado”, recalcó.
“Fue un traslado de medicamentos a una ciudad autorizada. Puedo mostrar los papeles de la empresa del taxi aéreo donde figura ‘traslado de medicamentos para pasajeros en la ciudad de Esquel’. Nada más”, subrayó en una charla con Luis Novaresio, en la que además acusó al diario Clarín, buque insignia del grupo para el que trabaja, de mentir. “Lo dijeron tantas veces y esta vez lo digo yo: sí, Clarín miente”, disparó Marcelo y generó un terremoto interno.
Sin lugar a dudas, no han sido sencillos los últimos meses para él. Tras dar por terminado el proyecto “Superliga” en el fútbol, reconociendo así que una iniciativa de su riñón terminó fracasando, las indirectas de Alberto Fernández –su jefe máximo en el denominado Consejo contra el hambre– y ahora el río revuelto en el suelo patagónico.
¿Será verdad que en El Trece esperan su renuncia y que realmente peligra la continuidad de su programa en la emisora de Constitución? “Al confirmarse la cuarentena hasta fines de abril, hemos decidido junto a las autoridades de El Trece postergar el inicio de ShowMatch para la primera quincena de mayo. Falta muy poquito para volver a vernos”, dijo esperanzado Marcelo.
Sin imaginar, claro, que para el Grupo Clarín las cosas también pueden cambiar de un momento a otro, pues para el multimedio ninguno de los que figura en su grilla está en condiciones de considerarse “intocable”.
Su regreso a Buenos Aires también estuvo marcado de mucha polémica esta semana. El conductor aprovechó el permiso que dio el gobierno para "volver a casa" y las redes sociales estallaron en su contra. ¡Haya paz!