Sucederá en plena cuarentena, porque donde vive ella pueden tener algunas libertades más que las que tenemos acá pero también están encerrados y haciendo poco y nada como nosotros. El martes de la semana que viene, en su casona de Los Angeles, California, sobre la costa oeste de los Estados Unidos, Eva de Dominici celebrará su cumpleaños número 25.
Si no pasa nada raro desde aquí hasta ese momento, soplará las velitas en compañía de dos de las personas más importantes de su vida: su pareja y su hijo, y extrañando a la otra parte clave de sus afectos, sus padres. A todos ellos les dedicó palabras en los últimos días, dando cuenta de sus distintos estados de ánimo.
A su hombre, Eduardo Cruz, el hermano de Penélope, lo ubicó en el altar y lo consideró “la persona que arrasó con todo. Te amo incondicionalmente”. Con respecto a sus padres, lamentó que aún no pudieron conocer a Cairo, el hijo que tiene con el cotizado y reconocido cantante español.
“Por una cosa o por otra mis viejos no pudieron conocer al nene, que está cada vez más hermoso. Pasa que ellos en un momento quisieron venir y se les complicó, y después yo tenía planeado hacer un viaje a la Argentina para verlos y bueno, pasó todo esto del coronavirus y tampoco lo pude hacer, y ahora con la cuarentena y todos los aeropuertos cerrados es imposible”, explicó la morocha en PH, el ciclo sabatino que lidera Andy Kusnetzoff.
“Mi hija y Eva se llevan bárbaro, por suerte. Quizás no con tanta frecuencia, pero hablan bastante seguido. Eva le habla de muchos temas de mujeres”, dijo Furriel.
La actriz, que nació en Avellaneda el 21 de abril de 1995 bajo el nombre real de Eva Carolina Quattrocchi, vive en los Estados Unidos desde que está en pareja con Cruz, quien la conquistó después de que ella cortara con otro galanazo, en este caso argentino: Joaquín Furriel.
Hace unas semanas, precisamente fue Furriel, a su vez ex de otra conocidísima actriz como Jazmín Stuart, quien ponderó la relación que tiene con Eva y sobre todo destacó el lazo que permanece entre Eloísa, su hija adolescente, y Eva. “Se llevan bárbaro, por suerte. Quizás no con tanta frecuencia, pero hablan bastante seguido. Eva le habla de muchos temas de mujeres”, contó el carilindo.
Pero volvamos a la vida con altibajos de Eva en los Estados Unidos. Porque si bien extraña horrores a los viejos y a darse una vuelta por su casa, por su barrio, y también verse con algunos amigos, disfruta de la compañía que tiene en tierras del tío Sam.
A diferencia de muchos argentinos que buscan un progreso en ese destino del norte y eligen asentarse en Miami o Nueva York, sobre la costa este del país, ella se fue a la otra punta del mapa: Los Angeles, donde Eduardo Cruz desarrollaba una prometedora carrera como cantante. El flechazo fue demoledor y el amor, como tantas otras veces, fulminante.
La actriz, cuyo crecimiento artístico en la Argentina era notable, prefirió dejar todo en pos de los sentimientos y se radicó allí resignando provechosas ofertas laborales. Al poco tiempo quedó embarazada, pero mantuvo la novedad en secreto hasta que faltaban apenas dos semanas para el alumbramiento.
Y nació Cairo, el “otro hombre” de su vida. Con su hijo si que no hay intermitencias ni subibajas emocionales. Todo es felicidad. Todo es amor. En Los Angeles, queda claro, ella disfruta de su angelito.
