Abogado con reconocimiento público, una vez más, Mauricio D'Alessandro (61) se aleja de la “seriedad” previsible para su profesión. Sí, el integrante de Fantino a la tarde, por America 2, revela su toc de madrugada, cuando la calma se apodera de la ciudad y no se puede dormir.
“Cuando termina Animales Sueltos o la programación con Mariana Gallego, mi esposa, nos dormimos con la televisión prendida. Y cuando me vuelvo a despertar, estan los pastores. ¡Y a mi me encantan!”, reconoce el especialista en leyes, con entusiasmo, para Paparazzi.
“El Manto sagrado, una especie de alfombra que se despliega sobre los fieles en una de las iglesias o el oleo, aceite con el que se unta o se unje, creo, a los fieles, son momentos muy importantes. Me gusta ver cuando hacen caminar a los paralíticos, cuando tiran los bastones al aire y la gente sale caminando y cuando curan dolores insoportables de la cadera a las personas”, reconoce el universitario.
"Me compenetro y me vuelvo adicto. Escucho como se salvaron económicamente las familias… Son religiones que tienen que ver con una negociación con Dios", EXPLICA.
Amante del discurso y de los “logros” de los líderes religiosos, D'Alessandro suma. “Me compenetro y me vuelvo adicto. Escucho como se salvaron económicamente las familias… Son religiones que tienen que ver con una negociación con Dios, es el famoso Pare de sufrir”, explica, el diputado provincial.
Pero el “fetiche” del doctor se termina cuando su pareja se da cuenta de que no esta descansando. “Cuando ojitos se despierta, despues de habernos dormido viendo una serie sueca o iraní que a ella le encanta, y me ve absorto mirando el manto sagrado, me dirige una serie de insultos…”, confiesa Mauricio.
"Cuando ojitos se despierta, despues de habernos dormido viendo una serie sueca o iraní que a ella le encanta, y me ve absorto mirando el manto sagrado, me dirige una serie de insultos…", DICE MAURICIO.
“Y siempre la discusión se termina con lo que le digo: “blasfema, no hables asi del manto sagrado”, cuenta el tandilense.
Pero eso no es todo a altas horas de la noche. Para darle un final a la situacion, Gallego, cansada y con ganas de seguir durmiendo, toma medidas “extremas”.
“Mariana me corta la televisión, se guarda los dos controles que necesita y me tengo que dormir como puedo, contando ovejas… Igual, quedo tan compenetrado con el Pare de sufrir que no puedo dormir tranquilo”. ¡Complicado!