Un misterioso mensaje publicado en la cuenta de Instagram Stories de Sabrina Rojas (38) encendió las alarmas. “Por fin me voy a liberar. Te voy a sacar la careta. Te respeté mucho tiempo. Lloré y callé. Lamento todo lo que va a suceder después. No por vos, por la gente que realmente te quiere y por todo y por todos los que creen que sos una gran persona. Sobre todo tres que te admiran. Pero al psicópata, violento, drogadicto, y puedo seguir, alguien lo tiene que parar”. En el siguiente mensaje hizo alusión a la frase que utilizó Thelma Fardin cuando denunció a Juan Darthés. “Mirá cómo me pongo”, para luego agregar: “Por suerte tengo testigos”. Si bien el misterioso mensaje no tenía destinatario, todo hacía suponer que iba dedicado a su pareja, Luciano Castro. Que hiciera referencia a tres personas como las más perjudicadas –Castro tiene tres hijos– sumaba un dato más hacia él. Horas más tarde, tras la repercusión y trascendencia que tomó rápidamente, la mismísima Sabrina escribió en Instagram: “Gracias a todos los que se están preocupando, me explota el teléfono. No suelo estar despierta a esta hora, pero tanto a Luciano como a mí nos hackearon las cuentas”.
Cuando parecía que todo volvía a la normalidad y que sólo se trataba de un trago amargo, en la cuenta de Luciano se publicó la captura de un misterioso chat que comienza con la palabra de una mujer. “Además no me serviría de nada porque no te conozco, si en realidad sos… una pena”.A continuación llega la respuesta del actor: “Decime qué querés”.El hilo sigue con la mujer intentando saber quién estaba de otro lado: “Que dejes de ser un fantasma y conocerte. Pero te repito; no sé quién escribe del otro lado y no voy a quedar como una goma que creo lo que estoy haciendo y ya… tantos Luciano Castro hay, qué tal”. Este combo de idas y vueltas, de desmentidas, aclaraciones, misterios e incertidumbre comenzó a sumar capítulos.
¿Qué pasó?La pareja eligió el silencio. Fue Rojas quien intercambió un par de palabras con Angel de Brito para aclararle que no iba a hablar, que esa era la decisión que tomaron con su pareja. Acordaron que si ellos abrían la boca el episodio iba a tomar más trascendencia. “Preferimos dejar las cosas como están y que mañana se hable de otra cosa”, concluyó. Sin embargo, mientras más avanza la investigación, más dudas surgen. Primero, llamó la atención que si lo ocurrido pasó mientras dormían, se hayan despertado a la madrugada para salir a aclarar que ellos no tenían nada que ver. Lo segundo que hace ruido es la rapidez con la que ella recuperó su usuario –el actor decidió dar de baja todas sus cuentas en redes sociales–.
Según expertos en redes y en delitos informáticos, resulta imposible recuperar posesión en tan corto plazo. Por seguridad, se piden ciertas pautas e información previa antes de, si se tiene suerte, acceder a las cuentas. Por otro lado, el periodista manifestó que una fuente cercana le contó lo que había ocurrido el día anterior. “El día de las historias hubo una discusión muy fuerte. Uno de los dos terminó fuera de la casa”. Quien abandonó la casa, ubicada en uno de los countries más importantes de Mar del Plata, ciudad en la que están de vacaciones desde mediados de diciembre, fue la actriz. Tras la discusión, pegó un portazo. Horas más tarde, seguramente luego de conversar por teléfono lo que habían vivido, se amigaron, hubo reconciliaron y regresó a la vivienda que alquilaron. Lo que pasó en el medio, entre cuatro paredes, y la gravedad del caso, sólo ellos lo saben. La crisis no es reciente, sino que viene desde hace varios meses.
De hecho, llevaban varias semanas sin subir fotos juntos (sí hubo un video disfrutando de la pileta con sus hijos, luego del episodio para dejar en claro que están juntos). Por otra parte, ella lo había dejado de seguir en Instagram. En tiempos de redes sociales, con la vida de los famosos pasando por este costado de la vida, este dato se presenta más que revelador en la causa. ¿Pelea pasajera o el principio del fin?
Sabrina Rojas y Luciano Castro, separados
Sabrina Rojas: "Fue hastío"
