Desde el viernes a la tarde, cuando explotó la bomba de su nuevo distanciamiento de Benjamín Vicuña, La China Suárez permanece en el centro de la escena. Ya estaba allí, en realidad, por los datos que trascendieron de su segundo embarazo (un chat donde confirmó la gestación, y el trascendido de que espera un varón al que llamará Carmelo) pero la separación del galán chileno convirtió su vida en una usina de novedades que funciona minuto a minuto.
En las últimas horas, se supo que la actriz recibió dos propuestas que parecían imposibles de rechazar, pero su negativa fue rotunda. “¿Ustedes están locos? No pienso hablar de nada de mi vida personal. Muchos menos en este momento”, fue la respuesta que dio a través de sus agentes.
Desde luego, la China no está del mejor ánimo. En general, una decisión como la que tomaron con Vicuña va acompañada de una inicial sensación de bienestar y calma, a la que sobreviene otra de replanteo e inquietud. Según terapeutas y especialistas, es el momento en el que llegan las preguntas y también las dudas. Ese estadio transita ella, quien igualmente demostró que no ha perdido el carácter que se volvió poco menos que una marca registrada de su personalidad.
Aquellos que trabajaron y han tratado con ella a lo largo de estos años saben que todo lo que tiene de divina, de copada y de sencilla también lo tiene de temperamental. Cuando toma una decisión, la mantiene a rajatabla. Lo sabe Vicuña mejor que nadie, y ayer conocieron de esa firmeza en sus convicciones los editores de dos medios que engalanaron sus tapas, y más de una vez, con su delicada figura y sus potentes reflexiones.
NO, NO Y NO
Obviamente, la noticia de la separación en pleno embarazo convirtió a la China en la pieza más preciada por los distintos medios referidos al corazón y a la vida de los famosos. Los directores quisieron tener de primera mano la voz de la actriz. Si les concedía el reportaje hablando de la crisis que atraviesa con Vicuña en pleno embarazo iba a ocupar nuevamente sus portadas. Pero el “¡no!” se escuchó de acá… a la China.
No hubo caso: por más que le insistieron y las “comodidades” que le ofrecieron para hacer la producción de fotos eran las mejores y las más seguras (no iba a tener contacto con nadie en ninguna de las dos opciones, para respetar el aislamiento social obligatorio) la China mantuvo su postura inalterable. Al menos por estas horas, no habrá chances de conocer declaraciones suyas más allá de lo que pueda decir o contar a través de sus redes sociales.
LA VAN LLEVANDO
El viernes, a eso de las 5 de la tarde, se conoció la separación de la China y Vicuña mientras atraviesan el quinto mes del segundo embarazo de la pareja. Ya tienen a Magnolia, que va a pasar unos días con la madre y otros con el padre. Además, el tiene hijos con Pampita y ella una nena, Rufina, con Nico Cabré. La ruptura no sucedió en ese momento, sino que ya tenía unos días.
Pero a partir de la explosiva primicia de Para Ti empezaron a trascender detalles acerca de cómo siguió la vida de los dos, de la charla en la que decidieron tomarse una distancia y de lo que en el futuro.
La China tuvo ganas de probar exquisiteces dulces y se refugió en la generosidad de su casona en la zona norte del conurbano, donde mató el tiempo cuidando plantas y árboles de su jardín, mientras Vicuña permanece alojado en su departamento en la ciudad de Buenos Aires, su hábitat desde que cortaron el vínculo. Este domingo, por la buena onda que se tienen, comieron juntos a Magnolia, la hija de ambos. Pero Vicuña habría regresado a dormir a Capital.
A pesar de la distancia que tomaron, la China y Vicuña decidieron seguir charlando en términos amistosos y de visitarse cuando sientan la necesidad de charlar o tocar algún tema, sobre todos los vinculados a la gestación de Carmelo: por ejemplo, cuando haya un estudio o un análisis, el trasandino podrá acompañar a la actriz.
