El ex jugador de la Selección Argentina, Diego Latorre, que hoy está en la boca de todos los programas de televisión por los cruces de su esposa con Moria Casan y con Ulises Jaitt, por su romance clandestino con Natacha Jaitt, habló de otro gran amor.
En una entrevista relajada con el periodista Santiago Russo, por Instagram en vivo, el “gambeta” trajo a la actualidad su noviazgo con la hija de quien fuera presidente en aquel momento, Zulemita Menem.
“Me acuerdo de ese Preolímpico de 1992, en Asunción. Zulemita también estaba allá pero en otro hotel, lejos. Yo estaba en la habitación de la concentración con (Fabián) Garfagnoli y Zulemita era una divina, pero teníamos una relación intensa, hablábamos mucho por teléfono", empezó a relatar el actual comentarista deportivo.
Latorre siguió: "Hablábamos tanto que mi compañero se fue a quejar con el Coco Basile (N. de la R.: técnico de la Selección). Entonces me armaron como otra habitación dentro de la habitación. Dormía solo a un costado y con Zulemita hablábamos hasta las 3 de la mañana, no había celular y la comunicación no era tan fluida como ahora. Imagínate que llamaba la hija del presidente de Argentina y le pasaban".
Para cerrar, Diego hizo su mea culpa: "La responsabilidad era mía, yo tendría que haber estado más atento. Capaz que ella me llamaba a las tres de la mañana y sonaba el teléfono y mi compañero se despertaba".
El descargo de Yanina
Un nuevo escándalo se desató tras los dichos de Moria Casán sobre Yanina Latorre. La diva dijo que la panelista “fue humillada” haciendo referencia al episodio de infidelidad de su marido, Diego con Natacha Jaitt. Este miércoles, la angelita no se guardó nada y se descargó.
“Es una pobre mujer, Moria sos el ser más nefasto que hay sobre la tierra. Vos no me perdonás porque dije que te jubilaron del Bailando y hace dos meses dije que te levantaban el programa en América. Y fue tal cual”, dijo Latorre.
“Después, yo soy la misma de siempre, no cambié después de que me metieran un cuerno. Que me digas que Diego estaba enamorado de Natacha, los dos sabemos que no es era. La vio una sola vez en su vida. Se quiso suicidar o no, que eso no sé de dónde lo sacaste, por la locura y la humillación que le hicieron a él. Yo no me siento humillada de cornuda. Ser cornuda no es una humillación. El humillado es el que lo hace, al que lo agarran. Un tipo que estaba sufriendo por sus hijos”, agregó enojadísima.