La propuesta era tentadora: “una terapia de shock para llegar bien al verano”. Los nombres estrambóticos aumentaban la expectativa. Sesiones de “fibra óptica”, de “accent prime”, recetas de batido “reduprot” y una consulta de “nutrición” provocaban cierto asombro pero también, por qué no, abrían la puerta a la posibilidad de obtener buenos resultados.
Belén Francese acudió a la cita en la clínica de doctor Muhlberger dispuesta a tomar la oferta. Pero cuando llego a la caja para abonar, supo que los 1.800 que le habían pasado por WhatsApp no eran pesos, sino dólares. Y se fue corriendo. “Si, me escapé” admitió la actriz. Era el segundo semestre de 2018. Hoy, con el “Blue” a 128 mangos, ese tratamiento “corto y agresivo” costaría 230.400 pesos. Una fortuna.
La clínica está clausurada, Muhlberger sigue arrestado con prisión domiciliaria y el escándalo se instaló con tanta fuerza en los medios que Francese salió a contar su experiencia. “Me fui, obvio. No tenía el monto, ja, y hoy digo “Dios me ayudó y siempre me cuida. Amen” escribió en su cuenta de Twitter.
“Muchas gracias por tu consulta. La nueva propuesta de tratamientos shock es un plan expess de tratamientos corporales que te va a permitir llegar bien al verano” arranca el mensaje que la “Klinik Muhlberger” le hizo llegar a Belén a través de su teléfono celular.
El tratamiento era, cuanto menos, curioso: “El programa de shock consta de: una sesión de “Fibra Optica” para una zona valor 1.500 U$S, 4 sesiones de “Accent Prime” para una zona 1.200 U$S, 1 Batido Reduprot 1.800 $, 1 Consulta de Nutrición 1.000 $. Ttal del programa: 2.700 U$S. Precio Verano: 1.800 U$S”.
Esa era la oferta “para consumir hasta el 32/12/2018” y el mensaje, además, explicaba que “la Fibra Optica By Mülhberger es un tratamiento mínimamente invasivo, que no necesita tiempo de reposo, y le permite continuar su día con total naturalidad. Lo ideal es acompañar el tratamiento con un buen plan nutricional”.
"Llegué a la caja dispuesta a pagar y no eran 1.800 pesos, eran 1.800 dólares. Obviamente, no tenía ese dinero encima. Dios me protegió y me fui", dijo Belen.
Sobre el final, agregaba que “alguna tecnología, que permite seguir modelando y tensando la zona tratada. Si gustas te invitamos a una consulta de cortesía para asesorarte sobre este tratamiento”.
POSTERGO EL CASORIO
Francese sufrió “un duro golpe” en el comienzo de la cuarentena cuando debió cancelar su casamiento -previsto inicialmente para mayo y junio- y dejarlo sin fecha de realización, por lo menos mientras dure el período de aislamiento. Claudio Cosano era el encargado de confeccionar su vestido (“será sorprendente”, había adelantado ella) y Daniel Casalnovo se encargaría del traje del novio.
El futuro marido de Francese es Fabián Lencinas, un empresario mendocino vinculado a la industria del deporte; arma torneos de golf en toda la Argentina y en algunos países de América, y cuando pretendía “exportar” a Europa su modelo de competencia lo agarró la cuarentena.
“Dicen que tiene bodegas, pero en realidad está con los campeonatos de golf” aclaró Belén en una reciente nota con Paparazzi en la que anunciaba que la boda sucedería en dos “capítulos”: una ceremonia “legal” en Buenos Aires y una fiesta “a todo trapo” en Mendoza. Todo, hasta los certámenes de golf, tendrán que esperar. No queda otra.
