El interrogante ha cruzado a decenas de generaciones de uruguayos y argentinos a lo largo de los tiempos, y a pesar de las respuestas, las teorías, las fórmulas y los enunciados que se ensayaron en todos esos años, sigue tan vivo y tan vigente como el primer día: ¿el mate es un invento nuestro o es una creación de ellos? La inquietud, nunca resuelta a pesar de los esfuerzos, provocó además otras preguntas, tan frecuentes como aquella pero sin su misma potencia, indudablemente. ¿Se toma en un recipiente más bien pequeño como acá, o en uno de boca y panzas enormes como los que abundan allá? ¿Se sirve dulce como lo adoptamos de este lado del Río de la Plata, o más bien cimarrón como lo prefieren en la tierra de Artigas? ¿La yerba tiene que ser livianita, como se dice en Buenos Aires, Santa Fe o Tucumán, o debe ser resistente y aguantadora como cuentan en Montevideo, en Durazno y en Canelones?
Alejandro Fantino no se hizo tanto problema. Cargó el termo con el agua a 70 grados –eso sí que no se discute en ninguna de las dos orillas del charco– metió el resto de las cosas en el bolso flaquito y alargado y se mandó para la playa. Al rato, él y su novia, la cada vez más bonita Coni Mosqueira, estaban pipones y contentos tomándose unos verdes de frente al océano Atlántico, refrescados por la suave brisa que recorre la orilla del mar. Fantino, acaso el periodista político más incisivo e influyente de la Argentina, tiene otras preguntas para hacer durante este año: ¿quién ganará las elecciones presidenciales?; ¿habrá reelección o triunfará la oposición?; ¿aquellos que no coinciden con el oficialismo, que hoy aparecen tan disgregados, finalmente irán unidos o separados?; ¿cómo influirá en el resultado electoral la tremenda crisis económica que afecta al país desde hace unos años?; ¿qué rol jugarán, en el sinuoso camino a las urnas, cuestiones tan sensibles como la inseguridad, la corrupción, la Justicia o la salud pública? Toda esa artillería de cuestionamientos la arrojará sobre la mesa en Animales sueltos, el programa que hace años le toma el pulso, mejor que nadie, a la actualidad de nuestro país. Esas cinco o seis personas que se sientan alrededor de una mesa lideradas por el nacido en San Vicente son un termómetro casi perfecto para saber a qué temperatura llegaremos al momento de ir a votar.
Entonces, para él estaba claro que el verano era el momento ideal para reposar y tomar –además de unos cuantos matienzos-– un poco de distancia de las cuestiones que lo mantendrán ocupado y preocupado el resto de la temporada. El muchacho y su novia armaron los bolsitos y se fueron a Punta del Este, la ciudad donde blanquearon su relación hace precisamente un año. Allí, entre residencias de lujo, hoteles cinco estrellas, calles atestadas de autos sport y restaurantes de 700 dólares el plato, ellos le gritaron al mundo que ya no eran conocidos, sino que habían cruzado esa barrera y estaban de novios. Desde entonces no se separaron. Y enfrentaron algunos rumores, pero no de crisis sino de convivencia y más planes. Los desmintieron a todos y llegaron sin magullones al primer aniversario de amor.
Ella, enamorada. En líneas generales, Fantino ha guardado silencio sobre la marcha de la relación. Ha declarado alguna que otra cosa, “una nada” teniendo en cuenta su personalidad temperamental y verborrágica para cualquier tema. Esta vez ha preferido la cautela y la palabra sosegada. Habló a cuentagotas. Coni, en cambio, se mostró más suelta al hablar de él y de los dos. Ella es modelo y por lo que se ve en algunos laburos (y también en la playa) tiene un buen futuro en el negocio de la gráfica y las pasarelas. En una entrevista reciente con la revista Caras, contó que el muchacho es “muy humilde a pesar de que se podría considerar una estrella por el éxito que tiene. Es lo que más me gusta de él, que es transparente y no se hace mucho problema por las cosas. Cuando se presenta un inconveniente, trata de arreglarlo sin dramatizarlo. Tiene un corazón muy noble y eso tambiénenamora. En el ambiente es difícil conocer a una persona como él. Estamos bien, con algunas ideas, pero aún no es momento de planear un hijo o pensar en agrandar la familia, como se dice. Lo mejor es disfrutar y brindar por nuestro momento”. Y a brindar se fueron por su aniversario. En la casa con champagne, y en la playa con unos mates.
Una selfie de amor
Una selfie de amor
Alejandro Fantino y Coni Mosqueira, amor en Punta
Alejandro Fantino y su novia, mates playeros