Para quienes están convencidos de que en épocas de cuarentena no se pueden hacer planes y concretar deseos pendientes, acá va el ejemplo de que se puede: Leo Sbaraglia aprovechó este tiempo para darse un gusto: adoptó un gatito.
El actor de reconocimiento internacional suele viajar mucho no sólo para filmar en Europa sino para participar de presentaciones de películas y festivales a nivel mundial.
Como consecuencia de eso, su estadía en el país suele ser por períodos cortos y también con actividades de por medio. Y en un momento en donde la industria artística está casi sin actividad, lejos de preocuparse por su futuro apostó a capitalizar su estadía local, puertas adentro de su casa.
Hacía mucho que su hija le pedía tener en gato -de su esposa se sepró hace poco más de un año - pero como él tiene una vida laboral muy activa y por momentos nómade, era imposible. Hasta que la pandemia frenó su ritmo y ahí se decidió a darle el “gusto” al amor de su vida.
Pero lejos de adquirir una mascota de criadero, Sbaraglia apostó a la adopción. Y con su hija, de común acuerdo, decidieron llamarlo Félix. Más allá de la felicidad de su nena, que comparte con el felino cada vez que pasa tiempo en la casa de su papá, es el propio artista quien está “chocho” con el nuevo integrante de la familia.
En tiempos donde Leo está dedicado a la vida hogareña, a compartir con sus afectos vía internet y comunicaciones telefónicas como la mayoría y que avala la repetición de En terapia, la serie de la TV Pública, para generar ingresos a pesar de la falta de trabajo-, también le dedica tiempo al “juego” y seguir las reacciones y acciones de su nuevo coequiper. “Ahora Félix es mi fiel compañero”, se sinceró.
