Afincados en las localidades de Campo Viera y Leandro N. Alem, en el sudeste misionero, los productores del rubro del té abren las puertas de sus establecimientos al turismo. Similar a la propuesta de la tradicional Ruta del Vino en Mendoza, la experiencia que ofrece el Camino del Té incluye producción artesanal y degustación.
En medio del boom de los tés de autor, los empresarios del rubro tealero están recibiendo cada vez más visitantes que buscan vivir la experiencia de elaborar su propio té. Al igual que en las bodegas cuyanas, es necesario reservar turno para poder conocer las plantaciones y realizar, junto a los trabajadores del lugar, todos los pasos del proceso productivo de esta popular infusión.
En Campo Viera, Capital Nacional del Té, los blends de Doña Irma generan fans: el té azul y la combinación de blanco, verde y flores son los favoritos de quienes los prueban. En el establecimiento familiar que tiene más de ocho décadas de historia, Irma Fraga recibe cálidamente a los visitantes y les comparte muchos de sus conocimientos. La degustación de sus blends se da en el marco de una ceremonia repleta de detalles que se realiza en la terraza del establecimiento. Desde allí se puede apreciar la vieja planta de la ITA, Sociedad Industrial Té Argentino, que durante el siglo pasado llegó a producir 100.000 kilos de té al mes y hoy en día es un símbolo en la historia del té nacional.
Sobre la ruta provincial 4, en la localidad de Leandro N. Alem, se encuentra Akasha Tea. La empresa, que se caracteriza por envasar sus hebras de té en saquitos con forma piramidal, está a cargo de Adriana Yáñez. Su propuesta para los turistas incluye recolección artesanal, marchitado, enrulado, conversión en hebras y secado de té. “La agenda de visitas abarca todo el año, pero es la época de cosecha, de octubre a abril, la más recomendada, preferiblemente evitando el calor que pega fuerte en enero”, explica Adriana.
Una propuesta integral
Para disfrutar a pleno las distintas propuestas que ofrece el Camino del Té, es recomendable dedicarle al menos un par de días. Por este motivo, para completar la experiencia, las firmas tealeras que reciben turistas suelen ofrecer servicios gastronómicos y recomendaciones de alojamiento en la zona.
A su vez, las visitas a las plantaciones y las degustaciones de té pueden combinarse con los demás atractivos turísticos que se encuentran en los alrededores. Entre ellos, se destacan el Parque Provincial Salto Encantado, que es el portal de ingreso a la selva misionera, y el Parque Temático de la Cruz en Santa Ana. Este último cuenta con un mirador privilegiado, más alto que el Obelisco porteño. Además, ambos parques tienen espacios gastronómicos para disfrutar durante la visita, con propuestas gourmet diseñadas en base a productos regionales.