La noticia la dio el medio español Relevo y en segundos se estaba discutiendo en las redacciones, las radios y los canales de televisión de todo el planeta: Alejandro Papu Gómez dio positivo de doping unos meses antes del mundial de Qatar y jugó la Copa, que ganó Argentina, conociendo esa situación. Una bomba que nadie esperaba y que puso todo patas para arriba.
El mundo del deporte, pero sobre todo el del fútbol argentino, está en estado de conmoción y de revolución total. Incluso en muchos lugares se preguntan si a la AFA podría caberle alguna sanción y hasta perder el trofeo obtenido en tierras asiáticas, la famosa tercera estrella lograda ante Francia en aquella épica final ganada por penales. Tranquilos: todo indica que en caso de haber una medida de ese tipo le corresponderá al jugador -que debería devolver su medalla- y no al seleccionado ni a la federación.
De acuerdo a la primicia brindada por Relevo, Gómez fue sometido por el Sevilla -club en el que jugaba en ese momento- a un control antidopaje "sorpresivo" luego de un entrenamiento cualquiera que había sostenido la plantilla "andaluza". Se trata de una práctica de control muy frecuente en Europa y que ha empezado a tener cierto auge también por estos rincones del mundo. Poco después se supo que había un positivo: era del volante argentino.
En ese momento, Gómez argumentó haber "tomado un jarabe de uno de sus hijos" para combatir los efectos de una molesta tos que lo había fastidiado toda una noche. Ese medicamento, según Relevo, contenía un producto o sustancia prohibida por la medicina deportiva, y el "Papu" olvidó informar esa situación a los médicos que seguían el día a día de la salud del plantel "sevillista".
EL PAPU GOMEZ DIO POSITIVO UN CONTROL ANTIDOPING Y JUGO EL MUNDIAL CONOCIENDO ESO
Relevo informa, además, que Gómez fue "suspendido por dos años, por lo que durante ese tiempo no puede participar de ninguna práctica deportiva", una sanción que ya fue informada tanto al jugador como a su actual club, el Monza de Italia, que curiosamente lo acaba de fichar y ahora tiene un problemón entre manos. "¿Pero cómo nadie nos avisó de esto?", se lamentaron en el modesto club tano, que se había ilusionado con el fichaje más importante de su historia al sumar a sus filas a un vigente campeón del mundo.
A decir verdad, la situación del Papu había enrarecido poco después de la conquista ecuménica. Sorpresivamente dejó de ser citado a los partidos del seleccionado, de ser nombrado por sus compañeros y de ser "likeado" por ellos en las redes sociales cuando hasta ese momento era uno de los más cercanos a Messi, Di María, De Paul, Paredes y Otamendi, la "banda" que lidera a La Scaloneta. De ser "clave para el grupo y el más divertido del plantel" pasó a ser un "paria" desconocido, ignorado y olvidado por todos, incluidos el entrenador y, por qué no, también el periodismo y el público. Si bien se rumorearon dos motivos para semejante "vacío" (que hizo una macumba para que se lesionaran algunos compañeros y de esa forma asegurarse un lugar en el plantel, o que era el informante de una parte de la prensa sobre lo que pasaba puertas adentro de la concentración) nunca fueron confirmados. Y ahora se sabe esto. Siempre se dijo que era "positivo" para "los muchachos", pero nunca con una connotación de este tipo.
