En el Mundial de Brasil 2014, antes de los penales, Javier Mascherano arengó a Sergio “Chiquito” Romero con unas palabras que entraron directo al podio de las frases motivacionales: “Hoy te convertís en héroe”.
Mascherano emocionó a todos, también a su hermano Sebastián, que sabe de gestas heroicas porque pudo superar su pasado de adicciones y hoy, a los 46 años, ayuda a prevenir con charlas de concientización sobre el tema, desde que su vida dio un giro en 2012 cuando vio a su hijo llorando tras un episodio de excesos.
"Soy un enfermo rehabilitado porque pude cambiar de estilo de vida”, señaló Mascherano, en diálogo con Mariana Fabbiani en DDM, a once años desde que pudo empezar a salir adelante. “Hoy, a los 46 años, pude aprender todo en base a esta gran enfermedad. Es una enfermedad que no se cura”, indicó el hermano del ex jugador de la Selección argentina.
El hermano del “Jefecito” sabe de los esfuerzos que implica tomar las riendas de la vida, limpio de sustancias. “Para eso tuve que aprender nuevamente. Cuando tomé la decisión de dejarme ayudar, allá por marzo de 2012, llegué a una comunidad terapéutica, a Gradiva, y ahí pude entender de qué se trataba y empezar a hablar”.
LA EXPERIENCIA DEL HERMANO DE JAVIER MASCHERANO CON LAS DROGAS
Sebastián contó cómo el adicto se autoengaña: “Uno siempre piensa que sólo es un vicio, que solo la va a poder dejar”, y contó cómo fue su historia, con la “gran droga”, el alcohol. “Solo porque es legal, todavía la sociedad no entiende que es la gran droga porque es la primera que te causa la euforia y te desinhibe”, señaló.
En su caso, el consumo excesivo de bebidas alcohólicas funcionaron como puerta para después pasar a probar las otras drogas ilegales. “Así llegué a probar mi gran amor que fue la cocaína, la madre de las drogas”, reveló el hombre que además de las charlas, escribió un libro sobre su experiencia.