Paparazzi no deja de girar por los estadios del fútbol argentino. Y, esta vez, decidió visitar a Maxi El Chanchi Estévez, que la rompió en Racing de Avellaneda, donde salió campeón. El mano a mano con Diego Díaz para De Visitante dejó mucha tela para cortar. A divertirse, sobre todo si sos de La Acade…
-Nos vinimos a la zona de Villa del Parque para tener una linda charla con Maxi Estévez. ¿Todo bien? ¿Cómo va la vida?
-Por suerte muy tranquilo, dedicándole tiempo a mi hijo. Estuve un año en Acasusso de ayudante técnico y me cansé un poco. Es mucho el trabajo, pensando, pero fue bueno: a nosotros nos gusta mucho el tema del fútbol y se hizo con gusto y agobio. Te saca mucho tiempo a la familia, que es algo que yo renegaba cuando jugaba al fútbol. Por eso decidí dar un paso al costado.
-¿Fue difícil dejar de jugar?
-A mí lo que me pasó es que terminé agobiado. No lo extraño, porque no juego más. Ya verás que no estoy en plenitud. No me lesioné en mi carrera, y no me falta que ahora los 47 años vaya y me rompa una pata.
-¿El futbolista es millonario? Viste que está esa fantasía…
-No, no todos.
-¿Vos no ganaste para no trabajar más?
-Yo tengo algunas inversiones que me permiten decidir dejar trabajar o no. No soy millonario, ni mucho menos. Pero no estoy mal. Tuve varios desarreglos en mi carrera: me manejaron mal el dinero, cuestiones familiares que también ahí es donde el dinero se gasta. Pero yo vivo bien, la verdad que vivo muy bien.
-¿La fantasía que existe alrededor del jugador hizo que se te acerquen muchos ventajeros para hacer cosas?
-Sí, hubo amigos de toda la vida que hoy no me hablo con ellos porque no se portaron muy bien conmigo. Pero yo sigo igual, tampoco es que le guardo rencor. Les pintó hacer esa y listo. Yo sigo mi vida, disfruto mucho de mi hijo, tengo muchísimos amigos, tuve amigos que no se portaron bien, familiares que tampoco se portaron bien pero realmente después fui generando otro tipo de amistades que hoy yo los puedo ver y les digo que lo amo, como el Pepe Chatruc. La vida se trata de eso. A veces va bien con algunas relaciones y otras veces no.
-¿Te portaste bien? ¿Fuiste un buen profesional?
-Hay que poner en contexto también la exigencia en ese momento. No era la exigencia de ahora, eh. Hoy sí hacía la vida que yo llevaba, no puede jugar ni 10 minutos. Pero antes quizás pensaba yo que me qué me alcanzaba; seguramente si hubiera tenido más conducta, que la tuve hasta los 23 o 24 años, no tomaba alcohol, no comía frito y cosas así era todo mejor. Pero empecé a darme cuenta que la vida no era solamente una pelota, que también había otros matices y que empecé a disfrutar más como ser humano. No todo como la máquina… Podría haber tenido otra carrera, sí. Pero es lo que tocó y yo miro para adelante. Para hoy, porque no sé si mañana estás.
-¿Siempre tuviste mucho levante?
-Sí, siempre. Soy simpático. Esto como la frase de He-Man: mujeres, no confíen de un hombre que las hace reír. Porque entre risa y risa, te ponen cuatro y no te avisa. Siempre me fue bien, muy simpático y bastante persistente. ¿Viste cuando bajan la guardia que se peleó con el novio? Yo estaba ahí.
-¿Te enamoraste mucho?
-Sí, muchas veces. Hay veces que escucho que se enamoraron una sola vez y no les creo. Yo me enamoré un montón de veces. Todos son diferentes amores: yo tuve un gran amor. Me gustaba a levantarme a la mañana con ella a desayunar y esas cosas. Siempre que estaba en pareja me portaba bien: yo soy una persona bastante de solitaria y cuando me empiezan a reducir los espacios me muevo como los gatos por los tejados, para escaparme.
-¿Cómo estás en el mundo del espectáculo?
-En el 2003, con un programa de Mariano Closs y el Loco Sessa. Locos TV se llamaba por Fox. Siempre iba a los programas porque me salía del lugar de jugador. Fui mechando varios.
-¿Cómo la conociste a Sabrina?
-Fui a ver una obra y ella estaba en pareja. Cuando volví de jugar en Portugal me la encuentro en Sunset y desde ahí no nos separamos.
-¿En el Hotel de los famosos pudieron volver?
-No, para nada. Yo la quiero mucho, ella también, a su familia también la quiero mucho, pero fue solamente porque nos queremos y nada más todo ese juego.
-En el Hotel quedaron como dos bandos…
-Yo era El Padrino en el Hotel. No estaba enamorado, ni nada. Era el que mandaba.
-¿Cuál es el primer recuerdo que se te viene de Racing, donde conseguiste todo?
-Me costó una semana darme cuenta que salí con Racing. La gente que pasó, dirigentes, jugadores, entrenadores. No se podía creer. Yo estaba en inferior, veía que el equipo no salía campeón y era mi sueño. Cuando lo logré estaba como en el aire. Después de salir campeón como que no le encontraba mucha motivación. Ya había jugado en Europa, y eso era todo para mí.
-¿Con qué sentís que te mandaste una cagada? Hoy lo mirás y decís no…
-El tema de las salidas y los amigos. También con alguna pareja que tuve, por hacerla sentir mal. Pero miro para adelante. Hice lo que quise, así que ya está.
-¿Tuviste algún vestuario picante?
-Yo me peleé una vez en México, con un tipo al que no le gustaba los argentinos. Pero con mis compañeros todo bien. Con los barras me agarré un par de veces en Sacachispas, en Merlo y en Racing. Pero fue mano a mano. Otro me rosó y me salió sangre de la nariz.
-¿Qué es Independiente para vos?
-Lo que me molesta es que el club está mal y los hinchas siguen pensando en que son los campeones de la Copa. Y tienen una soberbia muy grande. Racing en ese sentido es más humilde. Che, nos fuimos a la B y pusimos la cara. Y sigue siendo más humilde. En este último tiempo, Racing está mucho mejor y sigue siendo humilde, apostando. Independiente gana dos partidos y siente que “ya somos campeones”. La gran mayoría de los hinchas me da bronca que sean tan soberbios.
-¿Pudiste conocer a Messi?
-No, él era chico. Lo vi cuando era chico. Pero nada más. Cuando vos jugaste en Primera tenés una mirada muy distinta al espectador. La gente o los periodistas no entienden que lo que él hace es “imposible”. Cuando ves lo que hace, de la manera que lo hace y la vida que llevó no se puede creer. Los goles, los controles, como pone el cuerpo. Todo es excelente. Nosotros teníamos defensores que eran más pesados, que le costaba un poco más correr, no eran tan dúctiles. El hoy se enfrenta con jugadores que son máquinas y con esas máquinas súper entrenadas también lo logra. Tiene virtudes que marca una diferencia tremenda. No queda otra que decir que es de otro planeta.
-Hasta para decir algunas cosas hay códigos. ¿Sigue eso en el fútbol?
-A mí me pasó eso con Cardetti, que terminó el partido y me pegó de atrás en un partido con River. Yo tenía 23 años y después me arrepentí. Y fue sólo a pedirle disculpas. Se lo pedí a Recondo. Le pedí disculpas a la familia. No a él.
-¿Estás solo o de novio?
-Uno no está sólo nunca. Los depreradores no pasan hambre. Hay que aceptar lo que uno es. Yo estoy bien, en algo.
-¿Usaste alguna vez una app?
-Sí, mi hermano me bajó Tinder. Lo usé pero cuando una chica me preguntó si era el Chanchi dije basta. Eso no era para mí.
-¿Cómo ves el país?
-La situación del país a mí me entristece. No me gusta ver a la gente que lo único que es pelear y pensar de que si yo opino diferente soy esto y si opino a favor, soy otra manera. Para mí lo que tenemos que hacer todos los argentinos es exigirle más a nuestros políticos. Yo hice cosas sociales con el gobierno en Sacachispas y fue una buena medida para sacar a pibes de la calle.
-¿Tenés esperanzas en Milei?
-Cuando ya volvieron los mismos. No sé. Argentina merece nuevas ideas. 4 años y que se vayan. Bullrich y esas cosas no van más. Ya está, ideas nuevas, gente que realmente quiera sacar las cosas adelante, no solamente estar en el poder para uso personal. Nunca una para el pueblo. Ahora tenemos que pagar la fiesta de la que no participamos. No sé, medio raro todo. Los ricos son ellos. El pueblo argentino se tiene que unir en contra de los políticos que no hacen bien las cosas. Es el problema de nuestra sociedad.
