La Bombonera no tiembla pero tampoco late: directamente arde. 40.000 hinchas de Boca no pueden entender que su equipo esté perdiendo 1-0 en casa con el modesto Deportivo Pereira de Colombia y comprometa sus chances de seguir en busca de la esquiva "séptima" Libertadores. El insulto baja desde los 4 costados como si el equipo peleara abajo y no un trofeo continental.
En el minuto 89, a uno del final, los xeneizes se dan una vuelta por el mundo del revés. Un derecho le pega de zurda, un defensor derecho le pega como un delantero y de zurda y clava la pelota en el ángulo del arquero visitante. El 1-1 calla los reclamos y devuelve el aliento, que se transforma en delirio cuando en el noveno minuto de adición llega el tanto del épico 2-1.
Fue en ese instante mágico y no en ninguno otro, fue en ese zurdazo inesperado de número nueve que sacó este grandote que es derecho y juega de cuatro, que empezó a construirse el romance del peruano Luis Advíncula con el pueblo azul y oro.
Desde entonces han pasado tantas cosas que hasta algunos se animan a llamarlo "El Mbapee de La Boca" y ya lo empiezan a comparar con otras grandes glorias del histórico club del sur de la ciudad. De la nada, de la forma más inesperada, el fornido y robusto defensor de 33 años pasó a ser el integrante más querido y aclamado del actual plantel, donde comparte espacio con el recientemente separado Pipa Benedetto. Es, definitivamente, el nuevo ídolo del jugador número 12.
El último eslabón de la cadena de hechos afortunados sucedió, otra vez, en un juego por la Libertadores. En el último, que enfrentó a Boca con Colo Colo de Chile y les permitió a los de la Ribera -sí, a los mismos que un puñado de semanas atrás estaban tan complicados- clasificar a octavos una fecha antes de terminar el grupo. Con el resultado 1-0 a favor, Boca empezó a sumar lesionados. Uno atrás de otro. Advíncula sintió un fuerte dolor en su muslo, pero como ya no había cambios para hacer se quedó en la cancha. Y en "una pierna" y todo se exigió a fondo y logró cortar un peligroso avance del cuadro trasandino. La gente se puso de pie para ovacionarlo y agradecer ese esfuerzo supremo. "Ole ole ole ole, negroooo, negroooo" cantó a coro la multitud.
"Si hoy ponés un póster de Messi y otro de Advíncula en el barrio, se vende más el del peruano", exageró alguien saliendo de la cancha por la calle Brandsen. Pero algo de cierto hay, tan real como que pocos conocen la historia de este muchacho que en el último tramo de su carrera vive, acaso, sus mejores días como deportista. Advíncula nació el 2 de marzo de 1990 en el departamento de Ica, una prístina localidad ubicada al sur de Lima, la capital de ese país. Hijo de un futbolista profesional y de una cocinera a la que ama con locura y a la que reivindica con pasión y devoción, supo desde chico que lo suyo sería jugar a la pelota. Desde joven, también, se destacó por su físico (alto, delgado, llamativo) y por su velocidad: unos años más tarde ya era un profesional hecho y derecho cuando fue elegido "el futbolista más rápido del mundo".
QUIEN ES LUIS ADVINCULA, EL PERUANO QUE SE CONVIRTIO EN EL NUEVO IDOLO DE BOCA
La carrera de Advíncula fue meteórica. Debutó en un cuadro del interior del Perú (Juan Aurich de Chiclayo) pero rápidamente despertó le interés de uno de los tres grandes de Lima, el Sporting Cristal. De allí llegaría el salto al seleccionado nacional peruano -con el que clasificó y jugó el mundial de Rusia en 2018- y al futbol extranjero, donde registró una irregular carrera que lo llevó a jugar para el Hoffenheim de Alemania, el Ponte Preta de Brasil, el Vitoria Setubal de Portugal, el Bursaspor, el Tigres y el Lobos de México y el Rayo Vallecano de España, desde donde vino a Boca. Ya había tenido un paso por Argentina, cuando jugó en Newell´s Old Boys de Rosario, el club que todavía se ilusiona con contar algún día con Lionel Messi.
Advíncula es "mega famoso" en Perú, ya sea por sus desempeños como futbolista como por sus actuaciones como modelo publicitario, donde ha posado para marcas de "primera categoría" o nivel ABC1 de telefonía, aviación, alimentos y artículos de higiene masculina. También protagonizó avisos publicitarios que se vieron repetidamente en los canales de televisión locales. Ha participado en videos musicales del grupo "Me tiene sin cuidado" y hasta lo han tentado para participar en exitosos programas de la televisión local.
Esa fama le valió, también, un singular éxito entre las mujeres. Su nombre aparece vinculado a modelos, cantantes, actrices prácticamente desde que arrancó a jugar en la primera división del fútbol de su país. Estuvo casado con la manequenn y emprendedora Yoselín Passoni, con quien tiene dos hijos, pero su relación se vio salpicada innumerables veces con rumores que lo vincularon a nombres de figuras muy reconocidas allí pero que aquí no dicen nada. La modelo Macarena Gastaldo aseguró que fueron novios, la explosiva Sheyla Rojas también se manifestó enamorada del jugador y la bonita Leslie Shaw admitió haber estado con él. Tantos rumores llevaron a Yoselín a tomar otro camino.
En la Argentina se le asignó una novia, la modelo e influencer de Instagram Camila "Cami" Castellán. El le dedicó posteos, corazones y besos, y juntos viajaron a Europa en unas vacaciones que gozó él, que en algún momento admitió que hasta dejó de ver a sus hijos para cumplir con su deseo y su sueño de jugar en Boca Juniors, según sus propias palabras el club con la hinchada más grande del mundo. La relación parecía marchar fluidamente, pero el vínculo terminó. Recientemente, una foto que captó "el momento justo" en el que su pantalón se ajustaba a su anatomía dejó "muy bien parado" al moreno, podría explicar porque tiene tanto arrastre y lo reafirmó como el idólo "más grande" de los Xeneizes en la actualidad.