Duele y va a doler. El universo de Boca Juniors arde por la increíble definición del duelo por una de las semifinales de la Copa Argentina. Esa derrota contra Vélez Sarsfield caló hondo en el hincha xeneize, principalmente por el modo, dado que no logró sostener la ventaja y sufrió dos goles en el tiempo de descuento.
La derrota posee un simbolismo enorme, gigantesco y que puede abrir las puertas a una especie de catástrofe, porque podría significar la imposibilidad de participar de la Copa Libertadores del 2025, con todo lo que implica para el club de La Ribera no formar parte del torneo continental más prestigioso.
El pueblo boquense no tolera la idea de quedarse sin intervenir en la máxima competencia internacional, merced a la magnitud de la institución, así como a la dirigencia le provocaría una pérdida económica sideral, por todos los premios en moneda extranjera que se cobran en esa competición, además del desprestigio.
En definitiva, el golpe todavía repercute y repercutirá en los pasillos del Xeneize, por eso Fernando Gago ejecutó una decisión disruptiva, sorpresiva y tajante. ¿Qué hizo el entrenador? Atento al ruido, a todas las repercusiones, a las complejidades que se activaron, determinó que el plantel regrese inmediatamente al trabajo.
FERNANDO GAGO PATEÓ EL TABLERO TRAS LA ELIMINACIÓN DE BOCA
De esta manera, Boca retornará a los entrenamientos este jueves, en turno de la tarde, más precisamente a las 18, en el predio que posee el club en Ezeiza. Gago pretende que sus jugadores reaccionen inmediatamente, que comprendan el escenario y que se focalicen lo más rápido posible en el partido contra Gimnasia.
En la práctica se producirá un trabajo diferenciado, puesto que los players que acumularon más de 60 minutos ante el Fortín llevarán a cabo tareas de recuperación. Por su parte, los restantes miembros de la plantilla intensificarán la acción con ejercicios técnico-tácticos.