Para los especialistas, Sergio Maravilla Martínez es el último gran boxeador que tuvo la Argentina. La línea que se inicio con Luis Angel Firpo y vio continuidad con exponentes de la talla de Pascual Pérez, Horacio Accavallo, Nicolino Locche, Ringo Bonavena, Carlos Monzón, Víctor Emilo Galindez, Gustavo Ballas, Falucho Laciar, Latigo Coggi, el Zurdo Vázquez o el Roña Castro encontró por ahora su último mojón en el quilmeño, quien fue múltiple campeón del mundo y a los 48 pirulos aun recorre los cuadriláteros de aquí y de allá en busca de una nueva chance ecuménica.
Desde España, donde pasa buena parte del año, el pugilista argentino más importante de los últimos 15 años le dio un extenso reportaje al programa "El arca de Noe", que conducido por la periodista Noelia Novillo sale al aire por la FM Secla 106,1. Además de hablar de cuestiones deportivas, de su personalidad y de lo que espera para su futuro tanto arriba como abajo de los rings, recordó cuál fue el peor momento de su vida. Ocurrió, justo, poco antes de consagrarse por primera vez como el mejor del planeta en su categoría.
"Tenía 32 años y no me salían combates. No aparecía ninguna pelea y lo poco que me hablaban me decían que era para dentro de 7 u 8 meses. Y fue una situación rarísima, muy difícil. Yo era el número uno del mundo y no tenía ni para comer. Pero nada tenía. Me habían cortado la luz, el gas, no podía pagar alquileres. Me estaban por echar. Era un momento horrible. En medio de ese drama fui a tomar el autobús, y resulta que tardó 50 minutos. En esos 50 minutos me senté en la vereda, solo, yo era el número uno del mundo y estaba solo ahí sentado, y me estalló la cabeza. Pensé, pensé mucho, y decidí volver a mi casa y tomarme 10 días para pensar en frío y tomar una decisión con mi vida. Ahí apareció la chance mundialista, y yo sabía que iba a ganar", recordó Martínez.
Dueño de un destacado récord de 57 victorias (32 por nocaut), 2 empates y 3 derrotas que le permitieron convertirse en campeón mundial de los superwelter y de los medianos, Maravilla admitió que "hubo momentos en los que tenía una lata de atún para comer, nada más que una lata de atún" y confesó que cree que logró revertir esas instancias y cumplir su meta de ser el mejor de todos "por mi espíritu de superación permanente. Yo no quería llegar y mantenerme, yo lo que siempre quise, y aun quiero, es superarme y ser siempre el mejor. Incluso ahora tengo esa filosofía de ir siempre en busca de lo máximo".
MARAVILLA MARTINEZ QUISO SER FUTBOLISTA Y AHORA SUEÑA CON PUBLICAR UN LIBRO DE POESIAS
"Mi infancia transcurrió en una casilla. Era una habitación para todos, pero yo no la recuerdo como fea porque quizás no tenía la noción de las cosas que tengo ahora. Mis tíos eran boxeadores y en mi casa siempre se hablaba de boxeo. Entonces los boxeadores de esa época, incluso los extranjeros como Mano de Piedra Durán o Ray Sugar Leonard eran como primos o tíos también. Mi sueño era ser futbolista. Yo hubiera dado todo por jugar un partido. Uno solo. Soy hincha de River pero si me decís que puedo jugar una vez en Boca, ¿Sabés cómo me pongo la camiseta? ¡Pero sin dudarlo! Ahora yo no iba para el fútbol, por mi personalidad. El fútbol es colectivo y a mi me gusta tomar las decisiones, siempre, y en el boxeo pude hacerlo porque es un deporte individual", remarcó Maravilla, quien logró emocionar a la inquieta Noe Novillo.
Maravilla, quien en el aspecto personal contó que es "la bondad" lo que lo enamora de una persona, está lleno de sueños a los 48 años. El más curioso, si se quiere, es publicar un libro de poesías: "Escribo, todo el tiempo. Escribo una poesía y no la terminé que ya estoy pensando en la siguiente. Y cuando estoy con esa voy y mejoro la otra. Pero lo voy a sacar, no tengas dudas. También doy charlas de coaching. Y a veces no puedo creer que hay 500, 1000 o 3000 personas que pagan una entrada y los veo escuchando y prestando atención a lo que tengo para decirles. Mi mensaje siempre es el mismo. Que no busquen llegar y mantenerse, que busquen llegar y se superen siempre, en todo lo que hagan. En una profesión, en un trabajo, en un deseo, en un deporte o también a nivel familiar".