“Tomala vos, dámela a mí… vamó’ a querer una referí”. La canción es tan vieja como el mismísimo fútbol pero claro, no dice así. Tiene otra letra, mucho más agresiva y mucho menos cariñosa para quienes imparten justicia dentro de las canchas.
Hace unos años hasta pararon un partido entre Huracán y Newell’s cuando los del Globo, cansados de los fallos que consideraban perjudiciales, se largaron a cantarla. Pero los tiempos van cambiando y quizás Giuliana Rodríguez, la árbitro más sexy de todo el país (¿y del mundo, acaso?) sea quien provoque semejante revolución. Giuliana es una bomba. O un bombón. O mejor: un gol de media cancha.
A los 26 años, Giuliana lleva tres estudiando el curso de arbitraje que dicta el SADRA (Sindicato de Arbitros Deportivos de la República Argentina), en la actualidad dirige partidos del torneo Universitario de ADAU y sueña con llevar las riendas, algún día, de algún partido en el fútbol de Primera.
“Empecé con dudas porque el ambiente del fútbol es muy machista y no sabía cómo iba a impactar que una chica de mis características esté dentro de una cancha con 22 hombres y les cobre un offside, por ejemplo. Todavía hay muchos prejuicios. Pero como vengo de una familia de mujeres con mucho carácter, emprendedoras y muy futboleras opté por aceptar ese desafío”, afirma.
En un aspecto, Giuli “ya jugó en Primera”. Fue cuando salió con un futbolista de nivel internacional. “En general no me involucro con los jugadores porque después los tengo que dirigir, y es un lío. Pero sí estuve con un futbolista conocido, que actualmente está jugando en la Selección y está en un equipo del interior. El nombre me lo reservo, nos vimos un tiempo cuando yo vivía en Mar del Plata y viajaba a Capital para verlo a él. No fuimos novios, ¡pero qué bien la pasamos juntos!”, recuerda, y sonríe con picardía.
–¿Y cómo sos dentro de la cancha?
–Tengo mucho carácter y no me dejo llevar por delante. Cuando tengo que cobrar algo, lo hago por más que me protesten o me pidan por favor que no lo haga.
–¿Recibís comentarios machistas?
–Muchos. Al hombre le cuesta aceptar que una mujer pueda saber de fútbol tanto o más que él. Pero aunque me vean como un problema se la tienen que aguantar, no les queda otra.
–¿Y nadie te dice nada cariñoso?
–¡Ooooobvioo! Siempre está el que te quiere levantar en pleno partido o el que se hace el simpático para chamullarte. Ese me cae mejor, pero si le tengo que cobrar en contra, le cobro igual.
–¿Decís de qué cuadro sos?
–¡Pero claro! ¿Para qué ocultarlo, si todos somos hinchas de un equipo? Soy de River, admiradora de Juan Fernando Quintero y, por supuesto, de Marcelo Gallardo.
–Si un día te tocara dirigirlo, ¿con qué jugador no podrías contenerte porque te gusta mucho?
–Anoten: Con Nicolás Otamendi. Juega muy bien y es un bombón. Es completo el combo.
–¿Y de los árbitros, cuáles son los más facheros?
–El que más me gusta y el que me parece el más fachero es Germán Delfino. Siempre me gustó. Admiro a Pitana y me cae muy bien Lunatti, pero no como hombres sino como árbitros.
–Definite en la intimidad…
–Me gusta mucho el sexo y soy muy exigente en la cama. El sexo es un 80 por ciento de una relación, y si eso no va, no pasa nada. Mejor ser amigos y chau. Hay que tener piel, después viene todo lo demás. Si no me hace disfrutar, tarjeta roja, je… Claro, cuando funcionamos es un fuego eso. Y no tengo drama en complacer, eh. A los hombres los seduce mucho la mujer vestida de árbitro. Me pasó mucho.
–¿Estás de novia?
–Ahora no. Es difícil encontrar hoy a un tipo que valga la pena. Y digo más: me llevé tantas decepciones con los hombres que hoy no descarto estar con una mujer.
–¿Y además de ser árbitro, sos algo más?
–Sí, soy modelo y también participé en algunas obras de teatro donde entablé una buena relación con Bianca Iovenitti. Somos mejores amigas.
–¿Hizo bien en dejar a Fede Bal?
–Cuando dos personas no conectan es preferible terminar bien. A ella la veo muy bien, quizás ahora está pensando un poco más en ella que antes. Los quiero a los dos y les deseo lo mejor.