Ya instalada en Mar del Plata, y tras debutar con 2020 La Revista en el Teatro Victoria, la exuberante vedette pisa fuerte como local con un nuevo proyecto personal y espera ansiosa conquistar nuevamente al público que veranea en La Feliz.
“No sólo soy la vedette sino la productora y directora también. Es un trabajo en conjunto que hacemos con Peton Producciones y con mi marido, que trabajamos siempre codo a codo, a la par. Porque además de la revista estamos produciendo un espectáculo de trasnoche de transformistas y varieté, un ballet marplatense que surgió de un casting acá. Así me pasó a mí hace 20 años. cuando comencé. También estamos produciendo un unipersonal con Paquito Wanchankein, que es nuestro humorista, y otras cosas a Sergio Gonal. Estoy feliz porque soy la única vedette de Mar del Plata”, arranca Lorena Liggi (40), quien ya levantó el telón y apuesta nuevamente a la cartelera marplatense con su pareja Leandro Angelo (38), con quien llevan casi seis años juntos y con quien fruto de ese amor tuvo a Indiana (2).
–Ahora son temporadas de a tres…
–Como mamá todo se acomoda, pero es un poco complicado. Sobre todo a esta edad, cerca de los 3 años, que entiende y es muy demandante. Tengo la suerte de que mi familia está en Mar del Plata y este es el momento en el que ellos la disfrutan un montón. Y a mí me salvan. El año pasado fui 3 veces a la playa en todo el verano, porque es mucho el trabajo, nos ocupamos de todo: estar arriba del escenario, atrás, abajo, de la venta, de los inconvenientes artísticos, de que todo esté impecable, la prensa, ir a eventos, dar notas… Con mi marido somos dos que nos complementamos mucho, pero hace que como familia la temporada es un momento intenso de trabajo.
–¿Con la maternidad te sentís más mujer?
–Me siento en mi mejor momento. Creo de un tiempo a esta parte los parámetros han cambiado un poco, y en cuanto a la edad antes una mujer de mi edad era una señora. Ahora somos jóvenes, la edad se lleva de otra manera y siento que en este momento, como una señora de cuatro décadas, estoy en mi mejor momento, y eso se transmite e irradia. Quizá tiene que ver con que nunca fui de cuidarme, y después de tener un hijo una se cuida un poquito más.
–¿Te gustaría tener más hijos?
–A mí me gustaría tener más, pero sinceramente me da un poquito de miedo el futuro de este país o lo difícil que se hace vivir y mantener una estructura, pagar una obra social, la educación. ¡Con mi trabajo sobre todo! Aunque haya producido mientras estaba embarazada, cambia. Me encantaría, siempre quise más de un hijo, quisiera que mi hija tenga hermanos.
–¿Llevan el trabajo a casa?
–Trabajamos las 24 horas, lo que no significa que estemos todo ese tiempo hablando de lo mismo. Pero pasa que a las 3 de la mañana nos acostamos a ver una película y decimos: “¿Y si hacemos tal cuadro?”. Pasa porque no lo podemos evitar. Lo que logramos es que las discusiones laborales que a veces se tienen no las trasladamos a la relación personal. Por ahí nos re puteamos y después nos damos un abrazo y hablamos de nuestra hija. Será que somos apasionados por lo que hacemos, y esa es la única manera de hacer este tipo de espectáculos en nuestra situación, que no somos empresarios, que todo sale de nuestros bolsillos, lo hacemos con remo y amor.
–Te casaste, te separaste y volviste a encontrar el amor.
–Fue muy de repente. Estaba recién separada, quería tomarme un tiempo, y de repente estábamos juntos. A los meses estábamos con proyectos de trabajo y familia juntos… y acá estamos. Fue raro, relajado, y fue lo mejor. Yo me separé y es un duelo, un fracaso que uno tiene. El también venía de una separación. Uno se quiere tomar ese tiempo o aprovechar, salir y revolear la chancleta. De repente nos encontramos, se fue dando.