Cautiva con sus curvas delineadas. Por donde pasa, deja una estela de seducción. Con su estampa y pisada firme, la bailarina y vedette Melany Toscano (29) se prepara para enamorar a Mar del Plata cuando desembarque con la obra 2020. La revista.
“Es la primera vez que hago temporada teatral. Es una experiencia nueva que quiero disfrutarla al máximo. Va a ser emocionante, ya que estoy siendo apoyada por mi familia, mi abuelo que me cuida desde el cielo y mi manager, Joa Nicolás, que es uno de mis mejores amigos. Soy la segunda vedette de la obra, con un elenco encabezado por Roberto Peña, Lorena Liggi y Paquito Wanchankein”, cuenta.
–Muchos te confunden con Vicky Xipolitakis ¿Te gusta?
–Es verdad. La gente me confunde mucho con ella en la calle y en los boliches… pero la verdad es que no me genera empatía. Lo único similar que tenemos es el flequillo y el color de pelo, nada más. Además, las personas cuando hablan conmigo se dan cuenta de que puedo tener un diálogo fluido, y con ella no.
–¿Estás de novia?
–No, todavía no llegó el hombre indicado. Tuve parejas… pero no duraron mucho, ya que me usaban para sacar provecho.
–¿Qué te dejó tu paso por Pasión de sábado?
–La exposición me abrió muchas puertas, pero cuando me dejaron de llamar se me cerraron bastantes. El ámbito laboral es horrible. Si quería hidratarme tenía que pagar la bebida con plata de mi bolsillo, y si quería comer algo, también. No se lo recomiendo a nadie. Es una experiencia que, de esa forma, no volvería a vivirla.
–¿Eras discriminada?
–Con decirte que no me valoraron… eso da que pensar muchas cosas. Tuve un enfrentamiento con Karina la Princesita, que hizo que me bajaran del escenario en el programa, y la producción no fue capaz de defenderme. La prefirieron a ella, cuando ambas somos iguales.
–¿Como amiga del Pepo, qué sabés de él?
–Está sufriendo mucho por la pérdida de sus amigos. Yo sé que él no lo hizo con intención. Lo banco porque sé que no es un asesino. Nos conocimos porque somos hinchas de Racing. Un día me regaló una camiseta, y eso en Pasión molestó mucho.
–¿Fuiste a visitarlo?
–No, debido a que no dejan entrar a muchas personas. Me prohibieron la entrada porque su abogado, Miguel Angel Pierri, está puesto por los hermanos Serantoni. Y como yo dije que trabajé en negro en Pasión no les gustó.
–¿Te imaginabas que le iba a pasar lo que le pasó, por la vida que llevan los músicos de ir de boliche en boliche?
–Lo predecía, ya que lo explotaban. Una noche que tocó en un boliche de Palermo, el día del apagón con una lluvia terrible, después de eso tuvo una contratación en Quilmes… Yo lo obligué a que no fuera porque tenía roto el limpiaparabrisas y además estaba muy cansado. Me hizo caso. Esa noche dormimos en un hotel y charlamos sobre el tema y cómo se estaba manejando con sus shows. Lo que veo hoy en día es que nadie de su producción lo está bancando. Lo veo solo, y eso es horrible. Es tratado como un producto. Se llenan los bolsillos a costa de él.
-¿Cómo era él?
-El Pepo no tenía una vida de artista feliz. Su vida era terminar el show para preguntarme dónde estaba o irse a la casa depresivo. La mala junta tiene gran culpa de lo que está viviendo. Conocí a los chicos fallecidos, porque a veces lo acompañaba a sus giras. Eran personas con un gran corazón. Nachito, su ayudante, estaba atento a él siempre. El Pepo siempre fue muy considerado con él. El problema de estar en negro no fue de él, sino de la productora. Y convengamos que a todos nos tenían en negro. Trabajábamos por poca plata mientras ellos estaban llenándose los bolsillos y de viaje de playa paradisíaca en playa paradisíaca. El mundo de la bailanta es muy pesado. Tengo mucho para contar, pero me da miedo.