Nació en Salto, en el interior de Uruguay, y luego se mudó a Montevideo para empezar a crecer como modelo. En los últimos días, las fotos abrazada con Fede Bal le dieron a Melina Carballo (23) una repercusión que no se imaginaba. A medida que va dando sus primeros pasos en el país, esta bella y sensual rubia va demostrando su carácter.
–¿Te imaginabas tener tanta repercusión en Argentina y en Uruguay?
–En Uruguay estoy un poco acostumbrada por mi trabajo, a lo de salir en los medios me refiero, pero no así, tan grande como lo que pasó en Argentina. Son millones de habitantes y las personas se prenden mucho con este tipo de noticias. Lo que pasó acá sí me sorprendió.
–¿Cómo definís la relación con Fede, son novios?
–La palabra novios me parece mucho, por el poco tiempo. Nos estamos conociendo, estamos muy copados con esto, por algo estoy acá en Buenos Aires, vine a trabajar y a pasar la semana con él, y nada, estamos dejando que fluya y ver de qué manera sigue, sin apresurar nada, pero estamos muy copados los dos con habernos conocido. Estoy entusiasmada porque nos escribimos todos los días… espero no equivocarme tampoco, por el hecho de que acá se dice que está todo armado.
–¿Te molesta eso?
–Me podrán ver muy tranquila, pero por dentro me estoy aguantando bastantes comentarios y rumores falsos… que no me busquen porque me van a encontrar.
–Se dijo que sos amiga de Bianca Iovenitti, la ex de él…
–No, no la conozco. Estamos en un grupo de WhatsApp, pero no sabía quién era ella, me enteré después…
–¿Y cómo llegaron al mismo grupo?
–Era un grupo de modelos de Argentina, con cuentas verificadas de Instagram y me agregaron, la verdad no sé quién me agregó, que era para aumentar la interacción entre las cuentas. Yo le comenté una foto, es verdad, pero sin conocerla, sino por lo que te estoy contando.
–Leí que de más chica sufriste anorexia…
–Fue una situación que no estuvo para nada buena, la sufrí. Fue en el momento en el que yo formaba parte de un concurso de belleza internacional que se desarrolló en mi país… la cuestión es que los organizadores me veían con mucho potencial para ser la ganadora, por lo cual me asignaron un entrenador personal, me dieron una dieta, porque uno de los requisitos que exigía este concurso era tener determinadas medidas que eran muy pequeñas, un peso súper bajo, que encima yo ya de por sí, por mi contextura, no iba a poder llegar, pero igual empecé a hacer lo que me decían, llegó un punto en el que la exigencia me empezó a matar: la bulimia y la anorexia. Fue horrible.
–¿Cómo saliste?
–Gracias a Dios tengo una familia que me apoya un montón. Ellos enseguida se dieron cuenta de que no estaba bien pese a que yo ya no vivía con ellos. Yo no comía, y si comía vomitaba, fue complicado, pero hablando con ellos entré en razón. Entendí que la belleza no es los cánones que te quieren meter en la cabeza.
–¿Cómo te ves haciendo teatro de la mano de tu futura suegra, Carmen Barbieri?
–Nunca hice teatro, pero me encantaría, sería una muy linda experiencia. Carmen me parece una gran profesional y aprender al lado de ella sería buenísimo.