En los primeros tiempos de la pandemia de Covid 19, Natalie Weber quiso darse un gusto personal. Y la modelo se compró dos caniches pelirrojos, raza y color poco habituales que quería tener. Enamorada de las pequeñeces que llegaron a su vida, la modelo se suele mostrar jugando y dándoles cariño como así también haciendo que compartan travesuras con sus dos hijos, Mía y Rocco.
De cuerpito pequeño, patitas cortas y súper peluditos, los babies no son las únicas mascotas que habitan la casa de la morocha y Mauro Zárate, en Nordelta. Muy por el contrario, comparten con un “hermanito” canino gigante, de tamaño imponente y con más de sesenta y cinco kilos de diferencia en peso.
La modelo y su marido deportista comparten su familia con un Dogo de Burdeos que pesa setenta kilos, de color marrón.
León, tal cual el nombre que eligió su familia para llamarlo, es un imponente Dogo de Burdeos, una raza de origen francés en color marrón que pesa nada más ni nada menos que setenta kilos. Mascota de gran fuerza y potencia, es el preferido del jugador de Boca Juniors que viene de renovar contrato con el Club Xeneize.
Pero a pesar de su tamaño, imponente como su estética, el perrote comparte con los más chiquitos a pura ternura y protección. No solo con los caniches sino también con los dos hijos del matrimonio, que hasta que arrancó la cuarentena quería que pasara la mayor parte de su tiempo en el jardín con vista al lago artificial.
"Mauro es quien se encarga de alimentar a la mascota, con un kilo de alimento balanceado por día"
Pero al darse cuenta de que convivía a la perfección con el resto de los integrantes de la familia y que hacía caso a cada una de las órdenes-pedidos que sus papis humanos le hacían, es que ahora pasa muchas horas puertas adentro de su casa.
El “cuatro patas” -similar al que tiene Lionel Messi- no solo recibe todo el cariño y hasta cuida de los caniches- sino que es el propio Mauro quien se encarga de su alimentación. A diario, por las mañanas, el deportista le llena un plato con un kilo de alimento balanceado que el animal va consumiendo a lo largo de las horas, según quiera y vaya teniendo ganas.