Si la vida puede cambiar en un minuto, imagínense los revolcones infernales que es capaz de dar en un año. A esta misma altura de 2019, Isabel Macedo era la primera dama de Salta y soñaba con llegar, de algún modo, a la Casa Rosada: Juan Manuel Urtubey, su marido, lidió hasta último momento con Roberto Lavagna para ver quién encabezaba la fórmula presidencial del denominado Peronismo Federal.
Finalmente, la candidatura quedó en manos del veterano exministro de Economía y el esposo de la actriz lo acompañó en la boleta. El espacio perdió fuerza al calor de algunas deserciones (Sergio Massa apoyó a Alberto Fernández luego del famoso “cafecito” que se tomaron juntos y Miguel Angel Pichetto rumbeó para Cambiemos).
Y si bien salieron terceros, lejos estuvieron de incomodar al Frente de Todos, que resultó ganador de la contienda electoral y gobierna nuestro país. Desde que terminó su mandato en Salta, allá por el 10 de diciembre, Urtubey quedó libre de ocupaciones y sin un espacio político definido: las terceras fuerzas suelen tener poca vida en la Argentina y apenas seis meses después de los comicios Alternativa Federal es apenas un recuerdo, o ni siquiera eso.
DESDE SU CUENTA DE INSTAGRAM, ISABEL ESCRIBIO EN MEDIO DEL DOLOR: "OJALA PUDIERA DECIRLES CON PALABRAS LOQUE SIENTO..."
Fue entonces que Urtubey y Macedo pensaron qué sería de su futuro, y tomaron una decisión que ahora, quizás, se estén reprochando. Se fueron a vivir a España, por entonces un prometedor paraíso del primer mundo y hoy uno de los peores focos del coronavirus. Obviamente, llevaron a Isabelita, la hermosa niña de un año y diez meses que tienen y que nació, como él, en la provincia más “linda” del país.
En medio de sus primeros meses allí los sorprendió el desastre del coronavirus. La “gripe que afecta a los chinos” explotó en Europa entre fines de febrero y principios de marzo y a ellos se les hizo difícil organizar un regreso: no son turistas que arman dos o tres valijas de apuro y viajan. No. Ellos tienen todo armado allá, y allá se quedaron, con las fronteras cerradas y en medio de un panorama sombrío.
Con el ánimo por el piso, Macedo explicó su situación en Instagram: “Ojalá pudiera encontrar las palabras para transmitirles lo que siento… Cuando empezamos a escuchar que hablaban del coronavirus no digo que lo subestimé, pero sí creo que en algún punto no podía darme cuenta de lo grave que era. Sólo hasta que el número de personas infectadas empezó a crecer con mucha velocidad. Ya vamos muchos días sin salir de casa", dijo.
"Acá empezaron cerrando los jardines, colegios y universidades, después cerraron bares, restaurantes, boliches. No hay misa, cerraron todos los centros comerciales, no hay un alma en la calle. Salvo la gente que va al mercado y a la farmacia. Se respeta mucho la distancia. A la farmacia entra uno y todos los demás hacen fila afuera. Parecían medidas exageradas, hoy creo que se quedaron cortos”, contó con cierta desesperación.
Un poco más aguerrido, Urtubey debió salir al cruce de algunas versiones que lo daban por “regresado” a la Argentina de manera “ilegal” a través de la ciudad de Anta, en el norte salteño. Incluso, algunos medios llegaron a señalar que el mandatario estaba infectado por el temido Covid19.
“Algunos medios dicen que estoy internado en Anta, otros en la ciudad de Salto. Es falso, estoy junto a mi mujer y mi hija menor cursando la cuarentena obligatoria en Madrid. Las mentiras sobre mí se han transformado en un hábito, pero hacerlo utilizando esta pandemia tan tremenda es francamente repudiable”, aseguró.
La vida puede cambiar en cualquier momento, ya está dicho. Acá, en España y en cualquier lugar del mundo. Ojalá los próximos posteos de Macedo y su esposo sean por motivos más alegres. Y que no tarden mucho en producirse. Por ahora, este martes, Isabel se despidió con estas palabras y esta imagen: "Cuando salir de casa era lo más normal del mundo.... Cuando tocar la cosas no nos daba miedo.... cuando nos podíamos abrazar y dar besos, como si nada".